Cuenta regresiva para que comience una nueva estación.
Consejos para conseguir un bronceado sin dañar la piel
Los casos de cáncer de piel se han incrementado notablemente en los últimos años, en gran medida, por desinformación, descuidos y una incorrecta protección solar.
Año tras año, el sol incrementa sus efectos dañinos sobre nuestra piel. Debido a una capa de ozono cada vez más debilitada, nos encontramos expuestos a permanentes radiaciones solares que resultan muy nocivas. Una exposición sin cuidados acelera el proceso de fotoenvejecimiento. Por eso, hoy más que nunca es importante intervenir y trabajar sobre la prevención para no llegar a tratar los síntomas, los cuales pueden ir desde resequedad, manchado, quemaduras, arrugas hasta lesiones irreversibles, incluyendo el cáncer de piel.
Tres tipos de rayos UV
Existen tres tipos de rayos UV, ellos son:
UVA: causan envejecimiento de la piel y pueden causar cáncer de piel.
UVB: causan enrojecimiento, quemadura solar, y predisposición al cáncer de piel.
UVC: son filtrados por la capa de Ozono de la atmósfera.
Las personas más sensibles al sol son las de piel blanca, ojos claros y cabellos rubios o pelirrojos. Además en los niños y ancianos, el exceso de exposición también es absolutamente perjudicial. En estas personas, hay un mayor riesgo a contraer problemas en la piel.
Para pieles blancas, lo ideal es utilizar un factor de protección alto, de 40 o 60. Es un mito que a mayor protección solar menor es el bronceado. Para las pieles más oscuras un factor de protección de 15 es el adecuado. En ambos casos, deben respetarse los horarios de exposición.
Los cuidados a tener en cuenta
- Elegir la crema y el índice de protección solar adecuado al tipo de piel. Cuanto más clara es la piel de la persona, mayor es el factor de protección (FPS) que necesita.
- A mayor número de FPS, mayor protección.
- Aplicar la crema como mínimo 30 minutos antes de exponerse al sol.
- Extender la crema sobre la piel bien seca. Si la piel está mojada, las gotas funcionan como una lupa y aumentan el riesgo de que se produzcan quemaduras.
- Aplicar una capa abundante de crema, asegurándose que se ha extendido por toda la piel sin dejar zonas sin protección. Volver a aplicar crema todas las veces que sea necesario y después de bañarse.
- Utilizar protección solar aunque esté nublado y durante todo el día.
- Proteger los ojos con gafas adecuadas y los labios con protector labial.
- Si estás tomando algún medicamento, debés consultar la ficha técnica y comprobar si son fotosensibilizantes, en cuyo caso evitá tomar el sol.
- En niños, la fotoprotección debe ser completa con protección ultra alta.
- La exposición al sol debe ser gradual, ya que la piel necesita un acostumbramiento paulatino a los rayos solares. Recordad que hasta 40 minutos expuestos al sol es la cantidad justa para no sufrir mayores riesgos.
- Después de la exposición, es necesario nutrir e hidratar la piel. A su vez, es importante tomar mucha agua y consumir alimentos ricos en vitamina E y C.