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jueves, 30 de junio de 2022

ÚLCERAS POR PRESIÓN: VALORACIÓN Y TRATAMIENTO

CLASIFICACIÓN

Las UPP se clasifican en cuatro grados en relación al aspecto y profundidad de las lesiones:

  •     Grado I. Eritema cutáneo que no palidece en piel intacta. En pacientes de piel oscura, observar edema, induración, decoloración, calor local.
  •     Grado II. Pérdida parcial del grosor de la piel que afecta a la epidermis, dermis o ambas, puede tener aspecto de abrasión, ampolla o cráter superficial.
  •     Grado III. Pérdida total del grosor de la piel que implica lesión o necrosis del tejido subcutáneo, que puede extenderse hacia abajo, pero no por la fascia subyacente.
  •     Grado IV. Pérdida total del grosor de la piel con destrucción extensa, necrosis del tejido o lesión en músculo, hueso o estructuras de sostén como el tendón o la cápsula articular.


Si se previene la aparición de UPP de grado I, se está previniendo sus complicaciones posteriores, como son las UPP de grado II, III y IV. 


- Valorar la úlcera por presión inicialmente y volver a valorarla semanalmente.

Documentar las características físicas, incluyendo:

  •     Localización.
  •     Categoría / estadio.
  •     Tamaño.
  •     Tipo de tejido (s).
  •     Color.
  •     Estado de piel perilesional.
  •     Bordes de la herida.
  •     Fístulas.
  •     Cavitaciones.
  •     Tunelización.
  •     Exudado.
  •     Olor.


- Considerar nuevas pruebas diagnósticas del tejido del lecho de la herida cuando la curación no progresa.
 - Valorar a todas las personas en busca de dolor relacionado con una úlcera por presión o su tratamiento y documentar sus hallazgos.

LIMPIEZA

La mayoría de las úlceras por presión se limpian con agua potable (es decir, el agua apta para el consumo) o suero salino fisiológico.

Considerar el uso de soluciones de limpieza con agentes tensioactivos y / o antimicrobianos para limpiar las úlceras por presión con restos, infección confirmada, sospecha de infección, o sospecha de niveles altos de colonización por bacterias. Un ejemplo es Polihexanida y betaína (PHMB) {Prontosan}. Limpiar la piel circundante.


DESBRIDAMIENTO

Desbridar el tejido desvitalizado en el lecho de la herida o el borde de las úlceras por presión cuando sea apropiado según el estado general de la persona y esté en consonancia con los objetivos generales de la atención. Seleccionar el método(s) de desbridamiento más adecuado para la persona, el lecho de la herida, y el entorno clínico.

Los métodos más comunes utilizados para el desbridamiento de las úlceras por presión son:

  •     Quirúrgico/ cortante.
  •     Conservador cortante.
  •     Autolítico.
  •     Enzimático.
  •     Larval.
  •     Mecánico (incluyendo ultrasonidos e hidroquirúrgico).


INFECCIÓN

Considerar el diagnóstico de infección aguda diseminada si la úlcera por presión tiene signos locales y / o sistémicos de la infección aguda, tales como:

  •     Eritema que se extiende desde el borde de la úlcera
  •     Endurecimiento
  •     Nuevo o aumento del dolor o calor
  •     Drenaje purulento
  •     Aumento de tamaño
  •     Crepitación, fluctuación o decoloración en la piel circundante
  •     Fiebre, malestar y agrandamiento de los ganglios linfáticos
  •     Confusión / delirio y anorexia.


- Prevenir la contaminación de la úlcera por presión.

Considerar el uso de antisépticos tópicos no tóxicos, en concentración adecuada para los tejidos, durante un periodo de tiempo limitado para controlar la carga bacteriana. Los antisépticos usados comúnmente en las heridas incluyen:

  •     Compuestos de yodo (povidona yodada y cadexómero de yodo de liberación lenta).
  •     Compuestos de plata (incluyendo sulfadiazina de plata).
  •     Polihexanida y betaína (PHMB).
  •     Clorhexidina.
  •     Hipoclorito de sodio.
  •     Ácido acético.


Considerar el uso de antisépticos tópicos para las úlceras por presión que no avanzan hacia cicatrización y están críticamente colonizadas / infectadas localmente. En general, no se recomiendan antibióticos tópicos para el tratamiento de las úlceras por presión.

- Seleccionar un apósito para las heridas en base a la: 

  •     Capacidad para mantener el lecho de la herida húmedo.
  •     Necesidad de abordar la carga bacteriana.
  •     Naturaleza y el volumen de exudado de la herida.
  •     Estado del tejido en el lecho de la úlcera.
  •     Estado de la piel periulceral.
  •     Tamaño de la úlcera, la profundidad y la ubicación.
  •     Presencia de tuneles y / o cavitaciones.
  •     Objetivos personales del individuo con la úlcera.


- Proteger la piel periulceral (películas barrera, pasta de oxido de zinc..).


domingo, 26 de junio de 2022

¿Qué es la DMAE?

      La DMAE (degeneración macular asociada a la edad) es una enfermedad degenerativa de la mácula o zona central de la retina y de mayor sensibilidad visual. Afecta a más de 800.000 personas en España y representa la primera causa de ceguera en mayores de 65 años en los países industrializados.

Esta patología provoca un deterioro progresivo del epitelio pigmentario retiniano (capa que recubre la retina y que la nutre) y de las células de la mácula (donde se concentra un mayor número de conos o fotorreceptores responsables de la agudeza visual y la discriminación de colores). Como consecuencia, se produce una pérdida gradual de la visión central y de detalle.


Existen dos tipos de DMAE, teniendo en cuenta que un mismo paciente puede pasar de uno al otro:

  • DMAE seca o atrófica: es la forma más prevalente (alrededor del 85% de los casos) y se caracteriza por una evolución lenta y progresiva. Se produce como resultado de la acumulación de desechos (depósitos amarillentos o drusas), lo que atrofia la zona macular.
  • DMAE húmeda o exudativa: aunque es menos frecuente, su avance es más rápido y suele tener un peor pronóstico visual. En esta forma de DMAE crece una membrana vascular  bajo de la retina, debido a la aparición de nuevos vasos sanguíneos anómalos y muy frágiles, que sangran y pierden líquido, comprometiendo a la visión de forma severa.



Por qué se produce?

      La edad es el principal factor de riesgo de la DMAE, que no suele aparecer antes de los 50-60 años y cuya incidencia aumenta con el paso del tiempo.

Al envejecimiento hay que sumarle la predisposición genética, ya que se ha demostrado que los genes tienen más peso del que se creía hasta ahora en la enfermedad: se estima que un 50% del riesgo de DMAE es hereditario y que la probabilidad de padecerla es entre 3 y 6 veces superior si se tiene un familiar afecto de primer grado.

Por último, también hay que considerar la influencia de los factores ambientales, siendo el principal de ellos el tabaco, que multiplica por 5 las posibilidades de desarrollar DMAE.

  • Fumar
  • Malos hábitos alimentarios
  • Hipertensión arterial
  • Problemas circulatorios
  • Obesidad
  • Exposición directa y prolongada al sol




¿Cómo se puede prevenir?

   La DMAE no se puede prevenir porque, en gran medida, va unida al proceso natural de envejecimiento y a la genética. Sin embargo, sí que está en manos de cada paciente prestar atención a los antecedentes familiares –pueden realizarse test de predisposición genética– e incidir en los factores de riesgo ambientales: no fumar, seguir una dieta equilibrada y rica en antioxidantes y ácidos grasos omega 3, evitar el sedentarismo, protegerse del sol…

Por otro lado, son fundamentales las revisiones oculares periódicas, sobre todo a partir de los 50 años, para detectar precozmente la enfermedad, ya que al inicio puede dar pocos síntomas.

Una buena medida complementaria a estas revisiones es el autocontrol que puede realizar el paciente desde casa mediante una sencilla prueba, la rejilla de Amsler. Este test, que puede solicitarse en el óptico o en el oftalmólogo, permite detectar si las líneas rectas se ven torcidas o distorsionadas (un síntoma característico de la DMAE húmeda). Con el mismo fin, el paciente también puede taparse primero un ojo y después el otro y fijarse en los marcos de las puertas, azulejos, barandillas… o leer diariamente un mismo texto, a una misma distancia, para apreciar cualquier anomalía y acudir en este caso al especialista.




Síntomas


      Las personas con DMAE van perdiendo progresivamente la visión central y de detalle, reduciéndose su nitidez y  pudiendo ver borroso o “nublado” en medio del campo visual. Esto origina dificultades para reconocer rostros, leer, escribir, conducir, coser o realizar diferentes tareas de precisión. No obstante, permite mantener cierta autonomía a la hora de manejarse por casa o por la calle, ya que la visión periférica se conserva.

Otros síntomas característicos de la DMAE son:

  • Distorsión de las imágenes / percepción “ondulada” de líneas rectas (metamorfopsia)
  • Percepción de una mancha negra fija en medio del campo visual
  • Alteración en la percepción del tamaño de los objetos
  • Alteración en la percepción de profundidad y dificultad para calcular distancias
  • Dificultad para distinguir colores



Hay que tener en cuenta que la DMAE es una enfermedad generalmente bilateral, es decir, afecta a los dos ojos, aunque puede hacerlo de manera asimétrica.

Cuando se trata de la forma húmeda de la patología, su avance es mucho más rápido y puede manifestarse en apenas días o semanas.


Tratamientos



     La DMAE húmeda puede tratarse eficazmente gracias al desarrollo de nuevos fármacos antiangiogénicos, que se inyectan en el interior del ojo (inyecciones intravítreas) y actúan inhibiendo el factor de crecimiento endotelial vascular (anti-VEGF) para impedir la formación de nuevos vasos sanguíneos anómalos. De este modo, permiten frenar la enfermedad y lograr que la mayoría de pacientes puedan mantener e, incluso, recuperar la visión. Como más precozmente se inicie el tratamiento, por lo general mejor será el pronóstico visual.

Respecto a la DMAE seca, actualmente no tiene un tratamiento efectivo, aunque hay estudios que están testando la aplicación de fármacos de inyección intravítrea para controlar su progresión en determinados pacientes. Por el momento, una opción que puede contribuir a enlentecer la DMAE seca es la prescripción por parte del oftalmólogo de determinados suplementos de vitaminas antioxidantes, que ayudan a proteger la retina.



..Qué alimentos son buenos para la degeneración macular?



     Algunos estudios indican que comer una dieta rica en carotenoides, antioxidantes (como las vitaminas C y E), y ácidos grasos omega-3 pueden reducir el riesgo de desarrollar la degeneración macular relacionada con la edad avanzada (por sus siglas en ingles,






Qué fruta sirve para la degeneración macular?





     Los frutos rojos son ricos en antioxidantes, vitamina C y luteína. Destacamos los arándanos, que además de consumir naturalmente también podemos adquirir en forma de extracto, jugo o comprimidos. 



Cómo se nutre la mácula?



Alimentos para reducir la degeneración macular

  • Ginkgo biloba. Esta planta de origen asiático mejora la circulación sanguínea, reduciendo el estrés oxidativo en la zona ocular. ...
  • Frutos rojos. ...
  • Espinaca. ...
  • Semillas de uva negra. ...
  • Pescado azul. ...
  • Yema de huevo.



           



jueves, 23 de junio de 2022

GOLPE DE CALOR

 

¿QUÉ ES?

Un golpe de calor, también conocido como shock térmico es la forma más grave de lesión por calor y puede ocurrir si la temperatura del cuerpo alcanza los 40º C o por un exceso de ejercicio físico. En cualquiera de estos dos tipos de golpe de calor, la afección puede aparecer por los siguientes motivo:

  • Usar demasiada ropa, lo que evita que el sudor se evapore fácilmente y enfríe el cuerpo.
  • Deshidratarse al no beber suficiente agua para recuperar los líquidos que se pierden al sudar.
  • Beber alcohol, lo que puede afectar a la capacidad del organismo de regular la temperatura.

PERSONAS MÁS VULNERABLES AL CALOR

Los principales grupos de riesgo para sufrir un golpe de calor son los niños y lactantes, las personas mayores, los enfermos con afecciones crónicas (como la diabetes o enfermedad cardiovascular, cerebrovascular, respiratoria, renal o neurológica), personas con sobrepeso u obesidad y trabajadores que realizan tareas intensas al aire libre o actividades deportivas de nivel.

PREVENCIÓN

El golpe de calor se puede evitar tomando estas medidas durante el tiempo de calor:

  • Usar vestimenta holgada y liviana, transpirable y de colores claros. Llevar además protegida la cabeza.
  • Protegerse contra las quemaduras por el sol.
  • Beber mucho líquido, sin esperar a tener sed (evitando bebidas muy frías o muy calientes y las que contengan cafeína, alcohol o azúcar en exceso).
  • Evitar comidas muy pesadas. Tomar preferentemente frutas y verduras.
  • No dejar a nadie en un automóvil estacionado.
  • Evitar las actividades extenuantes en los momentos más calurosos del día.
  • Tomar precauciones adicionales con determinados medicamentos.

Hay algunos fármacos que pueden agravar el golpe de calor y, por ello, requieren mayor atención. Estos son: los diuréticos, antiinflamatorios no esteroideos (AINES), algunos antibióticos o antivirales, antiarrítmicos, antiepilépticos y antidiabéticos orales, neurolépticos y medicamentos con propiedades anticolinérgicas o vasoconstrictores.


SÍNTOMAS

Algunos de los síntomas que se pueden presentar ante un golpe de calor son los siguientes:

  • Sensación de debilidad.
  • Elevación de la temperatura corporal por encima de 40º C.
  • Dolor de cabeza y mareos, pérdida de conciencia.
  • Aceleramiento de los latidos del corazón (palpitaciones).
  • Orinar poco.
  • Sequedad y enrojecimiento de la piel.
  • Anhidrosis (ausencia de sudor).
  • Hiperventilación.

DIAGNÓSTICO

A menudo, resulta claro para los médicos si tuviste un golpe de calor, pero los análisis de laboratorio pueden confirmar el diagnóstico, descartar otras causas para los síntomas y evaluar las lesiones en los órganos. Estas pruebas comprenden las siguientes:

  • La temperatura rectal para verificar tu temperatura corporal central.
  • Un análisis de sangre para determinar la concentración de sodio o de potasio, así como el contenido de gases en la sangre para ver si hubo daño en el sistema nervioso central.
  • Un análisis de orina para examinar el color de la orina porque, en general, es mlás oscura si tienes un trastorno relacionado con el calor, y para comprobar el funcionamiento renal, que puede verse afectado por un golpe de calor.
  • Pruebas del funcionamiento de los músculos para determinar si hay lesiones graves en los tejidos de los músculos (rabdomiolisis).
  • Radiografías y otras pruebas de diagnóstico por imágenes para comprobar si existen lesiones en los órganos internos.
QUÉ HACER ANTE UN GOLPE DE CALOR

Si observa que una persona padece un golpe de calor, el primer paso consiste en pedir ayuda llamando al teléfono de emergencias 112. Mientras tanto:
  • Llevar a la persona a un lugar fresco y colocarla en posición semisentada (semifowler) para favorecer la respiración.
  • Procurar que beba agua a pequeños sorbos.
  • Retirarle algo de ropa, darle aire con un abanico o ventilador y colocar paños con agua fría en la frente, la nuca y el cuello, para así reducir la temperatura corporal.
  • No administrar medicamentos antifebriles.
  • Una vez que haya mejorado su estado, debe acudir al médico para someterse a una revisión exhaustiva.
  • Si no se recupera o pierde el conocimiento, tumbarla con las piernas flexionadas y llamas inmediatamente al 112.

PROTOCOLO LAVADO DE OÍDOS PARA EXTRACCIÓN DE CERUMEN

PROTOCOLO LAVADO DE OÍDOS PARA 

EXTRACCIÓN DE CERUMEN

 


 

 

 

 

 

 

PARTICIPANTES

Profesional de Enfermería.

Auxiliar de enfermería.


MATERIALES

Agua a temperatura corporal o tibia (30ºC).

Riñonera.

Jeringa desechable de 20 cc.

Cateter IV 14

Cánulas otológicas limpias.

Otoscopio.

Pinzas recta estéril.

Toalla de papel.

 


1. Indicaciones

Cerumen impactado.

Hipoacusia conductiva secundaria al anterior.

2. Contraindicaciones

Otitis Media y Externa.

Dolor durante la entrada de agua o durante la realización del examen físico.

Sospecha de perforación timpánica.

Otorrea en los últimos tres (3) meses.

Historia de otitis crónica y supurada.

Heridas recientes de tímpano y conducto auditivo externo.

Presencia de cuerpos extraños que sean de difícil extracción por personal no especializado.

Cirugía del oído (miringotomía).

Fisura palatina o paladar hendido.

3. Extracción de cerumen

Preparación del Paciente

-Valore al paciente.

-Verifique que no existan circunstancias que contraindiquen el procedimiento.

-Verifique la orden médica del procedimiento.

-Verifique la instilación previa de gotas de glicerina carbonatada de tres a cuatro veces al día, los dos días anteriores al procedimiento.


Procedimiento

-Explique el procedimiento, tranquilizando sobre posibles complicaciones.

-Siente al paciente y póngale una toalla en el cuello.

-Lávese las manos y póngase guantes limpios.

-Realice la otoscopia.

-Compruebe la temperatura del agua.

-Cargue la jeringa con agua sin dejar aire.

-Pida al usuario que sujete la riñonera a nivel del hombro para recoger el agua del lavado y el cerumen extraído.

-Traccione el pabellón auricular hacia arriba y atrás.

-Dirija el cono de la jeringa hacia la pared posterosuperior del conducto auditivo (nunca hacia la membrana) un (1) centímetro aproximadamente.

-Controle la posición del cono de la jeringa para evitar su desplazamiento.

-Solicite al paciente que incline y sacuda la cabeza hacia el lado del procedimiento para sacar los retos de agua y cerumen

-Realice la otoscopia para verificar la integridad del CAE, membrana timpánica y salida del material.

-Informe al usuario sobre cuidados posteriores, signos de alarma ante los que debe acudir a consulta médica.

-Registre el procedimiento en el formato de registro diario de actividades de enfermería.

-Si el tapón no sale después de tres instilaciones de líquido cite al paciente dos días más tarde e indíquele que se instile otra vez gotas solventes en el CAE.

-Si no es posible la extracción del tapón tras estas dos visitas derive nuevamente a valoración médica.


4 .Complicaciones

 


 

 

 

 

 

 

 

Perforación timpánica.

Otitis externa o media.

Lesión del conducto.

Náuseas, vómitos.

Dolor.

Mareos, vértigos.

Sangrado.

 

5. Recomendaciones

En caso de existir alguna condición que contraindique el procedimiento o que no sea posible para su manejo en este nivel de atención, se debe referir el paciente para manejo especializado por otorrinolaringología.




martes, 21 de junio de 2022

 

QUÉ ES LA  ANEMIA

La anemia se define como una disminución en el número de glóbulos rojos (o hematíes) en la sangre o en los niveles de hemoglobina respecto a los valores normales.

La principal función de los glóbulos rojos es el transporte de oxígeno en la sangre y su liberación en los distintos tejidos. El oxígeno se transporta en el interior del hematíe unido a la hemoglobina.

La anemia puede ser la manifestación de una enfermedad hematológica o una manifestación secundaria a muchas otras enfermedades.

Ciertos tipos de anemia pueden ser graves, de larga duración e incluso potencialmente mortales si no se diagnostican y tratan.

La anemia puede instaurarse de forma aguda o crónica y los síntomas son distintos en función, precisamente, de la rapidez con que aparezca.

La anemia ligera comienza a manifestarse como una disminución de la resistencia al ejercicio físico, que se acompaña de taquicardia y dificultad respiratoria. Si la anemia se hace más intensa, estos síntomas se acentúan y aparecen con mínimos esfuerzos o incluso en reposo, asociándose a cansancio extremo.

El enfermo puede estar pálido, con una baja coloración de la piel y de las mucosas. Puede aparecer dolor de cabeza y, en pacientes con enfermedad cardiovascular, es posible que se desencadene una angina de pecho.

Sin embargo, en anemias que se desarrollan a lo largo de un periodo de tiempo muy largo, el organismo adapta sus sistemas a esa anemia y el enfermo puede tener muy pocos o casi ningún síntoma, especialmente si no realiza habitualmente ejercicio físico.


 SÍNTOMAS

 Los síntomas más habituales de la anemia son:

       Cansancio

       Palidez cutánea

       Taquicardia

       Dificultad respiratoria

       Fragilidad del cabello y/o uñas

Cuando la anemia se instaura de forma muy brusca, como en las hemorragias agudas, los síntomas dependen sobre todo de la pérdida de volumen sanguíneo en el interior de los vasos y pueden desarrollarse distintos grados de colapso vascular, palidez, sudoración, taquicardia e hipotensión arterial, pudiendo llegar a peligrar la vida del enfermo (shock hipovolémico).


TIPOS DE ANEMIA SEGÚN SU CAUSA

       ANEMIA FERROPÉNICA: Se produce por déficit de hierro en el organismo. Este se puede provocar por:

       Alimentación baja en hierro.

       Menstruación abundante, frecuente y prolongada.

       Úlceras.

       Cáncer de esófago, estómago o intestino delgado, entre otros.

       Sangrado intraintestinal por uso excesivo de ciertos medicamentos.

       ANEMIA POR INFLAMACIÓN O POR ENFERMEDADES CRÓNICAS: provocada por enfermedades como:

       Artritis reumatoide

       Enfermedad renal

       Cáncer.

       VIH/Sida

       Enfermedad de Crohn.

       ANEMIA POR ENFERMEDADES DE LA MÉDULA ÓSEA: Puede ser causada por enfermedades que afectan a la producción de sangre en la médula ósea, como leucemia y mielofibrosis.

       ANEMIA POR DÉFICIT DE VITAMINA B12:

       Dietas veganas estrictas.

       Alimentación deficiente en bebés.

       Desnutrición en el embarazo.

       Enfermedad de Crohn.

       Celiaquía.

       Consumo excesivo de alcohol.

       Cirugías bariátricas.

       Consumo elevado y prolongado de algunos medicamentos para la acidez gástrica.

       Anemia perniciosa.

       ANEMIA APLÁSICA:

       Causada por algunas infecciones.

       Uso de ciertos medicamentos.

       Enfermedades autoinmunes.

       Exposición a ciertas sustancias químicas.

       Quimioterapia y radioterapia. 

COMPLICACIONES

Cuando el grado de anemia es severo, los glóbulos rojos y la hemoglobina no serán suficientes para transportar el oxígeno necesario al resto del cuerpo. Si los órganos del cuerpo no tienen suficiente oxígeno se pueden infartar.

En las mujeres embarazadas, sus bebés pueden nacer pequeños y de bajo peso.

Cuando la anemia se debe a un sangrado importante, la pérdida de sangre, si no se detiene a tiempo, puede llevar a la muerte.

El diagnóstico inicial es aparentemente sencillo, ya que en un análisis rutinario o por otros motivos se detecta una disminución de los niveles de hemoglobina o del número de glóbulos rojos.

Sin embargo, los análisis no sólo permiten el diagnóstico de anemia, sino que, a través del examen de una serie de características de esos hematíes, tales como su tamaño o la concentración de hemoglobina que contienen, se pueden conocer muchos datos que permiten iniciar el proceso diagnóstico del tipo de anemia de que se trate.

El estudio completo, una vez detectada la anemia, requerirá ampliar el estudio analítico, examinar una extensión de sangre periférica y, en algunos casos, realizar un aspirado o una biopsia de la médula ósea.

TRATAMIENTO

Es imprescindible conocer bien el tipo de anemia para establecer el tratamiento más adecuado.

Puesto que la anemia puede ser producto de muchas y diversas enfermedades, es imprescindible llegar previamente a un diagnóstico antes de realizar ningún tratamiento.

Únicamente en aquellos casos en que una anemia brusca pueda suponer un riesgo para la vida del enfermo será necesario un reemplazo urgente mediante transfusiones de concentrados de hematíes provenientes de donaciones.

En el resto de los casos, que son la mayoría, no debe instaurarse tratamiento hasta no conocerse la causa de la enfermedad. Las anemias por déficit de hierro, vitamina B12 o ácido fólico se tratan mediante el aporte de estos principios. Las anemias secundarias a enfermedades inflamatorias crónicas mejoran con el tratamiento eficaz de la enfermedad causante.

En los últimos años, la utilización de factores de crecimiento como la eritropoyetina permite tratar con gran eficacia muchas formas de anemia.


 

 

 

        

martes, 14 de junio de 2022

IMPORTANCIA DE LA HIDRATACIÓN EN LAS PERSONAS MAYORES

 IMPORTANCIA DE LA HIDRATACIÓN EN LAS PERSONAS MAYORES

El agua es importante para la vida, constituye la mayor parte del cuerpo humano y contribuye a la realización de muchas de las funciones fisiológicas de nuestro organismo.





El cuerpo está constituido por más de un 65 % por agua, aunque en la vejez este porcentaje se reduce a niveles entre un 45% y 55%, lo cual pone en riesgo la salud de las personas mayores, pues aumenta su vulnerabilidad de padecer deshidratación.





Síntomas de deshidratación:


Los síntomas que alertan sobre esta condición, de menor a mayor son:

 

  • Sequedad de boca
  • Sequedad en la piel y las mucosas
  • Aumento de latidos del corazón
  • Descenso de la presión arterial
  • Menor cantidad de orina
  • Orina oscura
  • Somnolencia
  • Mareo o confusión
  • Síncopes, los cuales consisten en pérdida momentánea de conocimiento, acompañada de una paralización repentina de los movimientos del corazón y la respiración

 

Consideraciones especiales para los ancianos 

 

  • Solemos beber en repuesta a la sed, pero al llegar a los 60 años de edad, si solo se bebe cuando se tiene sed, es posible que no se obtenga la cantidad de agua necesaria.
  • En general la capacidad de concentración renal se reduce con la edad, lo que provoca una mayor pérdida de agua a través de la orina.
  • La disminución del apetito y la mala selección de los alimentos pueden causar una reducción de la ingesta de líquidos procedentes de los alimentos.
  • Algunos adultos ancianos pueden sufrir de mala memoria, inmovilidad, o enfermedades que pueden afectar a la ingesta de líquidos. Además, ciertos medicamentos también pueden bloquear el mecanismo de la sed.
  • La deshidratación puede causar problemas graves en ancianos. Los ancianos corren un mayor riesgo de sufrir deshidratación y sus consecuencias potencialmente mortales: Las personas de entre 85 y 99 años de edad tienen una probabilidad seis veces mayor de ser hospitalizadas por deshidratación que las personas de entre 65 y 69 años.
  • La deshidratación crónica constituye un problema grave y se asocia a un mayor riesgo de caídas, infecciones del tracto urinario, enfermedades dentales, trastornos broncopulmonares, cálculos renales, estreñimiento y deterioro de la función cognitiva.

 

Consejos de hidratación para personas mayores.

 

Como lo mencionamos anteriormente, al envejecer el volumen de agua en el cuerpo disminuye, lo que propicia mayores posibilidades de deshidratación. Además, se pueden presentar circunstancias que favorecen a la falta de agua y electrolitos en el organismo, como son la disminución de la percepción de la sed, la incontinencia urinaria, funciones renales y digestivas anormales, uso de laxantes y diuréticos, etc.

Es por eso que las personas mayores deben consumir agua en cantidad suficiente, ya que la deshidratación se asocia con una serie de trastornos conocidos como desequilibrios electrolíticos, que pueden ocasionar problemas del corazón, alteraciones neurológicas, mal funcionamiento de todo el organismo, deterioro cognitivo, confusión aguda, caídas, estreñimiento e incluso la muerte.

Las necesidades básicas de consumo de agua, en las personas mayores se calculan entre 2.5 l a 2.75 l al día, esto es, de 8 a 10 vasos de agua diarios. Para cumplir con esto se recomienda ingerir agua pura, aunque también se pueden consumir, agua de frutas, jugos naturales, leche o caldos. Las bebidas alcohólicas no son recomendables pues no evitan la deshidratación e incluso pueden acelerarla.

 

Consejos para una buena hidratación en personas mayores:

Recomendaciones y cuidados especiales

  • Estar bien hidratado es esencial en cualquier momento de la vida y en cualquier momento del año (NO SOLO EN VERANO).
  • Se recomienda una ingesta gradual de agua, incluso sin tener sed, y repartida a lo largo del día, preferiblemente por las mañanas o primera hora de la tarde para evitar interrupciones del sueño nocturno.

  • Beber 1-2 vasos de agua por la mañana en ayunas, en 10-15 minutos, favorece el movimiento intestinal y previene el estreñimiento.

  • Es preferible beber a menudo que ingerir mucha cantidad de vez. La temperatura ideal del líquido se recomienda que sea entre 11 º y 14 º C.

  • El hecho de variar los sabores favorece el mayor consumo de líquidos

  • Aprovechar las horas de las comidas para ingerir entre un vaso y un vaso y medio de agua en cada una de ellas, y otro vaso de agua en el tentempié de media mañana y de cena. Se recomienda la ingesta de entre 6 y 8 vasos de agua al día, unos 2,5 litros (salvo causas médicas que requieran una restricción especial), y en determinadas circunstancias puede necesitarse una cantidad superior (fiebre, estrés, ejercicio físico, vómitos y diarrea, infecciones, calor ambiental, …).

  • Preparar comidas caldosas, gazpachos, sopas, salsas jugosas, …

  • Tomar líquido de la forma más apetecible, preferentemente agua, pero también a través de infusiones, zumos de frutas y vegetales, caldos, refrescos, leche, etc. (las bebidas alcohólicas deben evitarse).

  • No descuidar la ingesta de verduras, frutas y hortalizas, de forma fácilmente digerible: sopas, purés ligeros, macedonias, …

  • Vigilar la ingesta innecesaria de fármacos.

  • Concienciar a familiares y personas allegadas, incluidos sanitarios que están en contacto con las personas mayores para reconocer situaciones de riesgo, detectar los primeros síntomas de una posible deshidratación y poner los medios a tiempo para revertirla de forma adecuada.

  • Refrescar el ambiente y a la persona en situaciones de calor ambiental y aumentar la ingesta de líquidos.

  • Proteger de la exposición al sol y al calor, evitando en lo posible la realización de actividad física en las horas de mayor impacto (¡¡ cuidado con los golpes de calor e insolación de cara al verano ¡¡)

  • En caso de vómitos y/o diarrea aumentar la ingesta de líquidos unos 600 ml/día más

  • En personas con diabetes, deben contabilizarse los hidratos de carbono que puedan contener determinadas bebidas líquidas o semilíquidas, debiéndose evitar los refrescos azucarados, zumos, etc. salvo hipoglucemias, anorexia, etc. donde deben utilizarse de forma correcta y con el asesoramiento de su médico.