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jueves, 17 de julio de 2025

"La culebrilla", Herpes Zóster. El fuego latente en los nervios

 





El Hérpes Zóster, comúnmente llamado "culebrilla", es un viejo conocido de la infancia, es un enemigo silencioso que queda dormido por años en los más profundo de nuestras raíces nerviosas tras pasar la varicela, este virus, tras un largo letargo puede emerger en llamas, dejando una estela de dolor, vesículas y sufrimiento, El Herpes Zóster, es mucho más que una simple reactivación viral, es una entidad compleja con implicaciones neurológicas, inmunológicas y sociales que impactan en la calidad de vida del paciente.


Fue en el siglo XX cuando se demostró que la varicela y el herpes zóster compartían el mismo origen, un herpesvirus neurotrópico que, tras causar varicela en la infancia, queda latente en los ganglios de las raíces dorsales. Durante años el Herpes Zóster fue considerado una simple secuela inmunológica del envejecimiento, hoy sabemos que su historia es mucho más compleja.


EL FUEGO QUE DESPIERTA:

Tras la infección primaria el VZV (virus de la varicela) queda latente en los ganglios sensoriales. La reactivación ocurre cuando la inmunidad celular específica decae, especialmente en mayores de 50 años, pacientes inmunocomprometidos, personas con VIH, trasplantados o incluso en individuos bajo estrés crónico o tratamiento inmunosupresor.

Al reactivarse, el virus viaja por el axón sensitivo hasta la piel, produciendo inflamación neuronal, necrosis y diseminación viral local. Este proceso no solo explica las vesículas dermatoméricas características, sino también el dolor neuropático que puede anteceder e incluso persistir mucho después de la resolución cutánea.

LA CLÍNICA:

El dolor habla primero, el Herpes Zóster se inicia frecuentemente con pródromos inespecíficos: fatiga, febrícula, cefalea y disestesias o dolor en un área específica, lo  que puede confundirse con patología cardíaca, abdominal o musculoesquelética, según el dermatomo (zona de piel inervado por raíz dorsal del nervio espinal afectado).

Entre 2 a 5 días después aparece la erupción cutánea: vesículas agrupadas sobre una base eritematosa, siguiendo el trayecto de un nervio sensitivo, sin cruzar la línea media. Las localizaciones más comunes son el tórax y la región trigeminal (área de la cara inervada por el nervio trigémino, conocido como el V par craneal). En inmunodeprimidos o ancianos, pueden desarrollarse formas atípicas.

La complicación más temida es la neuralgia posherpética (NPH), que es un dolor neuropático que persiste por más de 3 meses tras la erupción y puede ser incapacitante.

EXAMEN FÍSICO:

· Distribución dermatómica estricta: clave diagnóstica, las lesiones siguen el trayecto del nervio afectado, nunca cruza la línea media.

· Signo de Hutchinson, lesiones en la punta de la nariz que indican afectación del nervio nasociliar, con riesgo de queratitits.

· Herpes ótico (síndrome de Ramsay Hunt): vesículas en pabellón auricular con parálisis facial ipsilateral.

· Dolor antes que la erupción: en el 75% de los casos, el dolor precede a las lesiones de 3 a 4 días.

DIAGNÓSTICO:

Suele ser por la clínica. Sin embargo, en casos atípicos o en pacientes inmunosuprimidos puede requerirse confirmación con alguna prueba con PCR, serología.

TRATAMIENTO:

Debe ser en las primeras 72h del inicio de la erupción, así se podrá acortar la duración de la enfermedad, reducir el dolor agudo y prevenir la NPH. Consiste en antivirales y analgésicos.

   · Antivirales: Valaciclovir, Famciclovir, Aciclovir

   · Analgésicos: AINEs, tramadol, pregabalina o gabapentina según intensidad del dolor. También  se puede hacer bloqueos nerviosos o lidocaína tópica en NPH severa.

   · Neuralgia postherpética (VPH):  Gabapentinoides, antidepresivos tricíclicos, parche de capsaicina...

VACUNAS:

La revolución más importante en la prevención del Herpes Zóster la tenemos con la vacuna recombinante adyuvada Shingrix, aprobada en 2017 y muy recomendada:

   Las nuevas guías recomiendan la vacunación a partir de los 50 años y desde los 18 en inmunocomprometidos. Estudios recientes han demostrado eficacia en el 90%.

DATOS DE INTERÉS:

· El dolor que precede a la erupción es la pista clave, no subestimar neuralgias unilaterales en mayores de 50 años.

· Shingrix es una de las vacunas con mayor eficacia en adultos mayores para esta enfermedad.

· El Herpes Zóster no es siempre benigno, puede producir complicaciones como encefalitis, vasculitis cerebral, miocarditis o neumonitis.

El HZ es mucho más que una erupción dolorosa, es la reactivación de un pasado viral, la danza patológica entre inmunidad y envejecimiento, y un recordatorio de que nuestros nervios pueden albergar memorias infecciosas por décadas. Afortunadamente la ciencia avanza, y hoy contamos con vacunas potentes, tratamientos antivirales, eficaces y mejores herramientas para enfrentarnos a sus complicaciones. La clave está en sospecharlo temprano, tratarlo precozmente y prevenirlo siempre que podamos.

"Porque aunque el fuego duerma nunca deja de arder".

Fuente: pasión médica. DR. Emil Juan Arbella intensivista



BENEFICIOS E IMPORTANCIA DE LA NATACIÓN PARA LA SALUD DE TU ESPALDA

 


NATACIÓN: EL DEPORTE MÁS COMPLETO PARA CUIDAR NUESTRO CUERPO

La natación se destaca como una actividad física integral que beneficia a todo nuestro organismo. Más allá de sus efectos positivos en la espalda, este deporte abarca un espectro amplio de áreas en las que contribuye al bienestar general:

¿Qué partes del cuerpo mejoran con natación?

La natación ejerce un impacto positivo en múltiples áreas del cuerpo. Esto conlleva un fortalecimiento generalizado, promoviendo una postura más equilibrada y una musculatura más resistente. Además, la baja carga sobre las articulaciones minimiza el riesgo de lesiones, convirtiendo a la natación en un ejercicio suave pero efectivo.

Las principales partes del cuerpo que mejoran con la natación son:

Brazos y hombros: Los movimientos de brazos fortalecen los músculos deltoides y tríceps, mejorando la fuerza y tonificación en esta zona.

Piernas: Las patadas continuas fortalecen los músculos de las piernas, incluyendo cuádriceps y gemelos.

Espalda: La natación, al requerir movimientos coordinados de la espalda, contribuye al fortalecimiento de los músculos que la sostienen.

¿Qué enfermedades se combaten practicando natación?

La natación se destaca como una opción versátil y beneficiosa para una amplia gama de condiciones de salud. Aquellas personas que padecen ciertas afecciones encuentran en el agua un ambiente ideal para el movimiento sin causar estrés en las articulaciones.

Entre las principales enfermedades que se combaten practicando natación se encuentran:

Artritis: El movimiento en el agua es suave para las articulaciones, lo que hace que la natación sea beneficiosa para las personas con artritis al mejorar la movilidad y reducir el dolor.

Asma: El ambiente húmedo de la piscina puede ser útil para personas con asma, ya que puede ayudar a mejorar la función pulmonar.

Problemas de espalda: La natación fortalece los músculos de la espalda y promueve una mejor postura, lo que puede aliviar el dolor de espalda y prevenir problemas crónicos.

Enfermedades cardiovasculares: La actividad acuática mejora la resistencia cardiovascular y la circulación, lo que puede ser beneficioso para personas con enfermedades del corazón.

Lesiones deportivas: La natación es un ejercicio de bajo impacto, lo que la hace adecuada para personas en rehabilitación de lesiones deportivas.

Obesidad: La natación es una forma efectiva de ejercicio cardiovascular, lo que puede ayudar en la pérdida de peso y en el manejo de la obesidad.


LOS BENEFICIOS DE LA NATACIÓN PARA NUESTRA ESPALDA

La natación es una práctica especialmente valiosa para mantener la salud de nuestra espalda. Sus beneficios son notables y contribuyen de manera significativa al bienestar de esta zona:

Entre los principales beneficios de la natación para nuestra espalda se destacan:

Fortaleza muscular: Los movimientos coordinados al nadar ejercitan diversos grupos musculares, incluyendo los músculos de la espalda, lo que contribuye a su fortalecimiento.

Flexibilidad: La amplitud de movimiento que se logra al nadar mejora la flexibilidad de la columna vertebral y sus estructuras circundantes.

Alivio de la presión: La flotación en el agua reduce la presión sobre los discos intervertebrales, disminuyendo la carga en la columna vertebral.

Cómo ayuda la natación a la columna vertebral

La columna vertebral, eje fundamental de nuestro cuerpo, merece especial atención en nuestro empeño por mantenernos saludables. En este aspecto, la natación, con su enfoque amable pero efectivo, aparece como una aliada invaluable para un bienestar duradero.

Entre las principales ventajas que la natación ofrece a la columna vertebral se encuentran:

Soporte muscular: Los músculos que rodean la columna vertebral se fortalecen con la natación, proporcionando un soporte esencial para mantener una postura adecuada.

Minimización de impacto: La resistencia del agua brinda un entrenamiento de bajo impacto, reduciendo el riesgo de lesiones y minimizando la tensión en la espalda.

Movimientos suaves: Los movimientos controlados en el agua permiten ejercitar la columna con suavidad, promoviendo una mayor movilidad sin generar estrés innecesario.


¿Cuál es el mejor estilo de natación para el dolor de espalda?

Entre los diversos estilos de natación, el crol y el estilo espalda son particularmente recomendados para aquellos que buscan aliviar el dolor de espalda. Estos estilos fomentan una posición horizontal en el agua, lo que ayuda a mantener la columna alineada y reduce la tensión en la espalda baja.

El crol, con su acción de patada y brazada, involucra los músculos dorsales, mientras que el estilo espalda permite una relajación notable en la zona lumbar.

No obstante, es importante recordar que cada persona es única, por lo que es aconsejable consultar con profesionales de la salud antes de embarcarse en un programa de natación, especialmente si se tiene un historial de problemas en la espalda.