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viernes, 24 de enero de 2014

TABACO Y SALUD


Cada año, millones de personas mueren en el mundo a causa del tabaco. Bajo la frialdad de esa cifra se esconde el sufrimiento de los enfermos fallecidos y de sus familias, por no hablar de un enorme perjuicio económico.
BENEFICIOS DE DEJAR DE FUMAR

  • PARA LA SALUD:
Dejar de fumar es la decisión más saludable que un fumador puede tomar en su vida. La mejoría se empieza a sentir nada más abandonar el tabaco y va aumentando gradualmente hasta que pasados unos quince años el riesgo de muerte del ex fumador se iguala con el de una persona que nunca haya fumado (vea el gráfico Lo que ocurre cuando no se fuma durante…). 
Las funciones cardiovasculares y respiratorias son las más beneficiadas, pero también los pacientes que padecen disfunción eréctil notarán una mejoría de su proceso.
  • PARA LA AUTOESTIMA:
Muchos fumadores se sienten preocupados por el hecho de estar "enganchados" al tabaco. Les irrita tener que estar pendientes de llevar siempre encima un paquete de tabaco y una caja de cerillas y no comprenden por qué, en muchos momentos de su vida diaria, les resulta tan necesario fumarse un cigarrillo. 
Dejar de fumar hace que estas personas se sientan más fuertes, pues han sido capaces de controlar su adicción, y les proporciona una nueva sensación de libertad. 
  • PARA EL BOLSILLO:
Dejar de fumar supone una reducción considerable de los gastos diarios. ¿Ha pensado alguna vez en lo que podría hacer con lo que se gasta en tabaco? Al cabo de un año, el dinero ahorrado le permitirá darse algún capricho que antes no podía permitirse.




  • PARA DISFRUTAR DE LA VIDA:
Al dejar de fumar, los ex fumadores experimentan un aumento de su capacidad respiratoria y una disminución de la fatiga. Esto les permite disfrutar de actividades que antes les resultaban penosas como practicar deportes, caminar, bailar, etc.
Por si esto fuera poco, la persona que deja de fumar experimenta a las pocas semanas una mejoría en sus sentidos del gusto y del olfato. En efecto, las sustancias oxidantes del humo del tabaco y el monóxido de carbono alteran las papilas gustativas de la lengua del fumador y las embotan, impidiendo que discrimine los distintos sabores. La percepción de los sabores agrio y salado es la que se ve más alterada en el fumador. 

También la capacidad olfativa se encuentra disminuida por el tabaco, mermando las posibilidades de deleite sensorial. Al dejar de fumar, los olores y sabores regresan en todo su esplendor y el antiguo fumador puede volver a disfrutar de las comidas, los perfumes, los aromas naturales...

  • PARA EL ASPECTO FÍSICO
El conocimiento científico ha confirmado que la piel de los fumadores tiene más tendencia a desarrollar arrugas que la de los no fumadores. La piel del fumador es más seca y las sustancias tóxicas del humo del cigarrillo actúan sobre ella rompiendo las fibras de colágeno, lo que provoca la aparición de arrugas. 
Un reciente estudio aparecido en una revista científica ha demostrado también que los fumadores tienen mayor tendencia a la alopecia y a la aparición de canas.
Tampoco hay que olvidar que muchos fumadores, a pesar de seguir unos escrupulosos hábitos higiénicos, tienen manchas de nicotina en los dientes y uñas, su pelo y su ropa huelen a tabaco y su aliento es poco agradable.

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