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lunes, 2 de marzo de 2015

PILATES Y DOLOR DE ESPALDA



Dejar de practicar actividades deportivas porque hemos sufrido algún tipo de dolencia en la espalda puede ser poco recomendable. Salvo en los casos en los que el médico nos recomiende reposo en este sentido, la práctica de ejercicio físico puede beneficiar el desarrollo de la musculatura de esta zona y, por tanto, impedir que se desarrollen con facilidad esta clase de dolores. Es el caso de la práctica conocida como el Pilates, método que lejos de dañar la espalda, nos va a ayudar a fortalecerla y a adoptar las posturas correctas a la hora de realizar los ejercicios.

Pilates y dolor de espalda

Los ejercicios de esta práctica deportiva van orientados a mejorar tanto la extensión de la columna vertebral –y que ésta siga su curva natural- como la articulación de nuestra espalda. De esta forma podemos prevenir la aparición de los molestos dolores de espalda. Una de las premisas del método Pilates, por otro lado, se centra en la alineación corporal y la corrección de la higiene postural. Así, en esta disciplina, no vamos a comenzar ninguno de sus ejercicios hasta que nuestro cuerpo se encuentre perfectamente colocado y pueda maximizar sus efectos positivos.

Una de las bases fundamentales del Pilates redunda, como en el caso del yoga, en el uso de la respiración. En todo momento, ésta debe ir acompasada con los movimientos que estemos realizando con el cuerpo y siempre a través de la nariz. La clave de esta tendencia a equilibrar ejercicios con respiración radica en la ayuda que nos presta a la hora de concentrarnos, hecho fundamental, según los expertos en la disciplina, para la correcta disposición de sus múltiples ventajas.

Uno de los beneficios que potencia especialmente el Pilates es el fortalecimiento de la zona dorsal, evitando, de esta manera, la frecuente desestabilización que termina generando malas posturas y, en definitiva, dolorosas contracturas que limitan nuestra vida cotidiana. 
Otras grandes motivaciones que pueden inducirnos a practicar esta modalidad deportiva son: mejorar la tonificación muscular, incrementar la flexibilidad y la movilidad muscular, ayudar a prevenir lesiones y dolores musculares, corregir malas posturas y, ante todo como en cualquier otro deporte, aumentar nuestros niveles de energía.


Fuente: Marta Valle

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