DISFAGIA
La disfagia
es la condición médica que causa dificultad o imposibilidad absoluta al momento
de tragar alimentos sólidos y líquidos. Cuando existe la disfagia, el proceso
deglutorio se vuelve muy difícil y complicado, pudiendo inclusive obligar a
pacientes graves a buscar vías alternativas para mantener una nutrición básica.
Tipos
En cuanto a los tipos de disfagia,
existen dos según donde encontremos la dificultad para tragar:
·
La disfagia orofaríngea
es la que se origina en la zona de la faringe, dificultando el paso de alimentos sólidos y líquidos desde el primer
momento del proceso deglutorio. Los casos graves podrían sufrir de constante
aspiración con lo que los alimentos pasarían hacia la tráquea, atragantando al
paciente.
·
La disfagia
esofágica. En este caso, el proceso deglutorio
logra llevar los alimentos sólidos y líquidos más allá de la faringe, pero las
dificultades aparecen mientras estos bajan por el esófago. En casos graves,
puede haber vómito constante que imposibilite completamente la nutrición.
Causas
Las
causas detrás de un caso de disfagia pueden ser muy variadas. Es conveniente tener en cuenta de que alrededor de
50 pares de músculos y nervios son necesarios para tragar alimentos. Además, la
disfagia podría ser consecuencia de una enfermedad existente más seria.
Causas disfagia orofaríngea
·
Enfermedades que afecten
directamente la faringe o la cavidad bucal, tales como la faringitis, la
amigdalitis y la candidiasis.
·
Divertículo faríngeo, en este caso
se forma una bolsa sobre el esófago, recogiendo partículas de alimentos sólidos
que a corto plazo empiezan a crear dificultades para tragar, incluyendo además
ataques de tos, mal aliento y regurgitación de alimentos.
·
Condiciones neurológicas de
múltiples tipos, desde la enfermedad de Parkinson y esclerosis múltiple a
derrames cerebrales y lesiones.
·
Cáncer y tumores en la zona de la
faringe.
·
La radioterapia para tratar
tumores, tratamiento que podría inflamar los tejidos de la zona.
Causas disfagia esofágica
·
Hernia diafragmática, también
conocida como hernia de hiato o hiatal.
·
Diferentes condiciones que afectan
directamente o tienen relación con el esófago, tales como la acalasia, espasmos
esofágicos, reflujo gastroesofágico, estenosis, esofagitis eosinofílica y
esclerodermia.
·
Función inadecuada del anillo
esofágico.
·
Cáncer y tumores en la zona del
estómago y esófago.
· La radioterapia para tratar tumores, siendo un tratamiento que puede causar la inflamación, cicatrización y estenosis del esófago.
Síntomas
Además de el síntoma más
representativo que posee la disfagia, que es la dificultad para tragar alimentos sólidos y líquidos,
existen otros tipos de sintomatología que pueden estar muy presentes.
En casos severos de disfagia, la dificultad para tragar viene
acompañada de dolor, lo que se conoce como odinofagia. Asimismo, el
paciente puede tener la sensación de que los alimentos que consume
se quedan pegados en la zona de la garganta y pecho.
En casos de disfagia orofaríngea, existe la probabilidad de sufrir
de tos y asfixia durante las comidas. Por otro lado, pacientes
con disfagia esofágica experimentan acidez severa y vómitos de lo
que se está tragando. Fuera del momento de la comida, algunos síntomas
de la disfagia son el ardor de estómago, pérdida de peso, regurgitación, babeo
y ronquera al dormir.
Diagnóstico
Debido a la gran variedad de causas
detrás de una disfagia, el especialista tendrá que llevar a cabo un minucioso trabajo para
diagnosticar el problema. Aun cuando se trate de un caso leve de esta
enfermedad, debe existir la voluntad de saber por qué está sucediendo y
cuál es el tratamiento más efectivo para evitar cuadros médicos más graves, ya
no solo por la enfermedad en sí, sino por las posibles consecuencias que estas
pueda acarrear.
En un primer momento, el otorrino recabará información sobre cuándo
y cómo sucede esa dificultad para tragar, así como cuáles son los
alimentos que más problemas causan al paciente. Después observará la boca y la
faringe mientras el paciente mastica y traga.
Si es preciso el otorrino llevará a
cabo una exploración instrumental más precisa para realizar
el diagnóstico como son los rayos X, la endoscopia y la manometría.
Durante los rayos X, el paciente debe ingerir una solución inofensiva de bario,
que permitirá ver el movimiento de los fluidos dentro de la faringe y esófago,
así como las posibles obstrucciones.
Tratamiento
El tratamiento siempre debe apuntar en un primer
lugar a evitar que empeore. Una vez
logrado esto, se procede a tratar la causa original y a buscar mejoras
importantes hasta que los síntomas cesen y el problema dé evidencia de haber
desaparecido.
Cuando se diagnostica una disfagia
por infección, el curso de acción es el uso controlado de
antibióticos. En casos donde la disfagia es consecuencia de problemas
neurológicos, la terapia motora suele ser el recurso más
eficiente para permitirle al paciente poder superarla.
La existencia de disfagia esofágica puede
requerir medicamentos para reducir la acidez estomacal y el reflujo, tratando esta condición gástrica para evitar el
rechazo del estómago hacia los alimentos sólidos y líquidos que se consuman.
Asimismo, los médicos suelen tratar los casos de acalasia y estenosis
esofágica con una dilatación manual. Para lograrlo, se utiliza un
endoscopio adecuado con un balón que va ensanchando el esófago.