La alopecia es una condición compleja y multifactorial. Esto significa que es posible tomar medidas para combatirla y minimizar su impacto.
Si bien los tratamientos deben ser personalizados, existen varias opciones disponibles que ayudan a frenar la progresión de la pérdida y estimulan el crecimiento capilar.
En primer lugar, es importante identificar la causa subyacente de la caída del pelo, ya que algunos tipos de alopecia como la areata y la androgenética tienen bases genéticas o autoinmunes, lo que hace que el tratamiento sea más desafiante.
También están aquellas condiciones en las que influyen el estrés, la mala alimentación o problemas de salud. Abordar de forma correcta las causas marcan la diferencia.
Ante todo, hay que tener en cuenta que los resultados pueden variar según el tipo de alopecia y la respuesta individual al tratamiento.
Con un enfoque integral que incluya tratamientos médicos, cambios en el estilo de vida y opciones cosméticas, es posible abordar la alopecia.
TIPOS DE ALOPECIA
- Alopecia areata. Es una condición en la cual el sistema inmunológico ataca los folículos capilares, provocando la caída repentina de mechones de cabello en forma de parches redondos u ovalados. Impacta tanto al cuero cabelludo como a otras áreas del cuerpo.
- Alopecia difusa. Este tipo se caracteriza por una pérdida generalizada y es causada por diversas razones, como cambios hormonales, estrés físico o emocional, deficiencias nutricionales, enfermedades sistémicas, parto, efectos secundarios de medicamentos o tratamientos médicos, entre otros. La pérdida de cabello tiene lugar entre 2 y 4 meses después del factor desencadenante.
- Alopecia cicatricial. Genera una destrucción irreversible de los folículos capilares y su reemplazo por tejido cicatricial. Una de sus causas es el lupus eritematoso sistémico, liquen plano pilar, infecciones bacterianas o fúngicas del cuero cabelludo, quemaduras o por agentes físicoquímicos, tumorales o por dermatosis.
- Alopecia frontal fibrosante. Daña el cuero cabelludo de las mujeres cerca de la menopausia o después de ella. Típicamente, se refleja como la pérdida de pelo del área de la diadema (frente y laterales) y de las cejas.
- Efluvio Telógeno. Es un aumento de la caída del cabello que se da de manera natural en los cambios de estación, pero puede deberse a múltiples causas generales, orgánicas (infecciones como la Covid-19) o psicológicas”.
- Alopecia androgenética. Es la más abundante y aunque es más frecuente en varones también afecta a muchas mujeres. También conocida como calvicie común o pérdida de cabello hereditaria. Afecta a más del 45 % de los varones en España, suele iniciarse a edades tempranas (entre los 20 y los 40 años) y responde a factores genéticos y hormonales.
En el patrón femenino, la pérdida de cabello es difusa, no se producen zonas de calvicie total y queda respetada la línea de implantación anterior, es decir no existen entradas.
Tratamientos para prevenir la alopecia androgénica
Las alopecias, como cualquier otra enfermedad, se pueden prevenir cuando se conoce la causa o existencia de una predisposición genética. Por eso es importante acudir al dermatólogo ante la sospecha de los primeros síntomas o si hay antecedentes en la familia”.
En el caso de la alopecia androgénica, cuando se diagnostica porque se observa que se está produciendo una pérdida incipiente y progresiva de cabello, la terapia precoz permite frenarla. Hay tratamientos eficaces tanto tópicos como orales, solos o combinados, que tienen unos resultados muy buenos.
Se puede tratar, como hemos comentado, con diferentes principios activos que ayudan a frenar la caída y mejorar el grosor del cabello pero existen más de 30 principios activos útiles en medicina capilar. Es muy importante un correcto diagnóstico para orientar el mejor tratamiento en cada paciente. Aún con un diagnóstico preciso cada paciente puede responder de forma diferente a la medicación según sus características genéticas. Hay que tener en cuenta que la alopecia androgenética no se cura por lo que los tratamientos son crónicos.
Ahora es posible una prueba genética que permite encontrar las vías afectadas y que están implicadas en el proceso de la pérdida de cabello. es un test que se puede realizar con una muestra de saliva y que permite predecir cual será la respuesta de cada paciente a los diferentes tratamientos disponibles para la alopecia genética. También puede orientar sobre la dosis a utilizar de modo que se puede personalizar el tratamiento para que resulte más efectivo en cada persona.
Disponer de esta prueba es un gran avance en el tratamiento tanto de la alopecia genética como de otros tipos, ya que aumenta la efectividad y se evita el uso de fármacos que no den buenos resultados en algunos pacientes.
Así pues, los parámetros que se tienen en cuenta durante el estudio son:
- Metabolismo de las prostaglandinas
- Metabolismo de la enzima sulfotransferasa
- Respuesta a tratamientos antiandrogénicos
- Respuesta a tratamiento antiinflamatorios (glucocorticoides)
- Vasodilatación y circulación
- Síntesis de colágeno
- Vitaminas A y B
- Factores de crecimiento insulínico
-Cumplir una dieta equilibrada rica en proteínas y hierro.
-Mantener una buena higiene del cuero cabelludo.
-Aplicar masajes capilares que sirven para activar el riego sanguíneo, facilitando el crecimiento del pelo.
-Hacer ejercicio. Ya que mejora el flujo sanguíneo y esto también ayuda a los folículos.
-Disminuir el estrés. Porque está comprobado que eleva la producción de cortisona, una hormona que contribuye a la caída del cabello.
-Consumir completos alimenticios. Como aquellos que contienen vitamina A, D6, magnesio, hierro y zinc.
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