Molestias digestivas como hinchazón o dolor abdominal pueden deberse a dieta, estrés o ciertos medicamentos. La L-glutamina fortalece la barrera intestinal y reduce la inflamación, mientras que los probióticos equilibran la microbiota. Combinarlos potencia sus beneficios y puede mejorar síntomas de intestino irritable o permeabilidad intestinal.
¿A qué pueden deberse estas molestias digestivas?
Las principales causas que pueden provocar molestias digestivas que perduran en el tiempo son:
- Dieta inadecuada: el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados, ricos en grasas saturadas y azúcares, puede alterar la microbiota intestinal y dañar la barrera intestinal.
- Estrés crónico: el estrés prolongado puede afectar negativamente la función intestinal, alterando la motilidad, la secreción y la sensibilidad del intestino. Esto puede contribuir al desarrollo de síntomas del SII y aumentar la permeabilidad intestinal. Suele ser un desencadenante habitual del síndrome de intestino irritable.
- Consumo de alcohol y ciertos medicamentos: el alcohol y algunos medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroides (AINEs), los antibióticos… pueden dañar la mucosa intestinal y aumentar la permeabilidad intestinal. ¿Qué es la L-glutamina y cómo ayuda al intestino?
La L-glutamina es un aminoácido, componente que nuestro cuerpo utiliza para componer proteínas, y que realiza diferentes funciones en el organismo. Aunque nuestro organismo puede fabricar L-glutamina, en situaciones de estrés, enfermedades digestivas o inflamaciones, nuestras necesidades aumentan, en el intestino, su papel es especialmente importante porque:
- Fortalece la barrera intestinal: mantiene unidas las células que recubren nuestro intestino, evitando que sustancias dañinas pasen a la sangre
- Disminuye la inflamación: ayuda a reducir la producción de sustancias que provocan inflamación intestinal
Facilita la reparación del tejido intestinal: ayuda a crecer y a sanar rápidamente a las células del intestino
En varios estudios científicos se ha visto que la L-glutamina puede ayudar a cerrar las «grietas» que aparecen en un intestino permeable y mejorar síntomas como el dolor abdominal, la hinchazón o los cambios en el ritmo intestinal.
Los probióticos son bacterias «buenas» que, cuando las tomamos en cantidad suficiente, ayudan a mantener un equilibrio saludable en la flora intestinal. Esto puede traducirse en:
- Aumentar la cantidad de bacterias beneficiosas en el intestino.
- Reducir la presencia de bacterias dañinas.
- Mejorar la digestión y reducir la inflamación.
- Mejorar el funcionamiento del sistema inmunológico.
Algunas cepas específicas de probióticos, como Lactobacillus rhamnosus GG o Bifidobacterium infantis, han demostrado mejorar síntomas en personas con síndrome de intestino irritable.
Muchas investigaciones muestran que combinar L-glutamina con probióticos puede ser una estrategia efectiva para mejorar estas condiciones:
- La glutamina mejora el estado de la pared intestinal, creando un ambiente más favorable para que los probióticos se instalen y crezcan.
- Ambos refuerzan la barrera del intestino y reducen la inflamación.
- Ayudan a restaurar el equilibrio de la flora intestinal de forma más eficaz que por separado.
Un estudio reciente mostró que personas con problemas de permeabilidad intestinal mejoraron más rápido tomando ambos suplementos combinados que cuando solo tomaban uno de ellos.
¿En que alimentos podemos encontrarlos?
El cuerpo humano produce la L-glutamina de manera natural, no obstante, siempre viene bien llevar a cabo una dieta con alimentos ricos en glutamina para asegurar unos niveles adecuados:



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