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sábado, 17 de julio de 2021

 


SUEÑO Y SALUD

 

El sueño es una necesidad biológica de nuestro organismo,   dormir nos permite restablecer durante la noche las funciones físicas y psicológicas esenciales para disfrutar de un pleno bienestar al día siguiente. Está presente durante toda la vida, aunque con características distintas a lo largo de los años.

Cada persona tiene unas necesidades diferentes de sueño . La cantidad de horas que necesitamos dormir dependerá de diversos factores, como por ejemplo, la edad. En el recién nacido el tiempo de sueño es de 16 a 18 horas o más; los adolescentes necesitan unas 9 horas de sueño; un adulto, una media de 7-8 horas, y un anciano duerme alrededor de seis horas . Tener un descanso nocturno adecuado es básico para disfrutar de buena salud a cualquier edad. 


La melatonina es una sustancia natural que regula el reloj biológico del sueño y del despertar. La producción de melatonina es estimulada por la oscuridad, lo que da la señal al cuerpo para  que se prepare para dormir. La producción de melatonina alcanza su pico máximo entre las 2 y las 4 de la madrugada, y disminuye durante la segunda mitad de la noche. Al mismo tiempo, la luz inhibe la liberación de melatonina, y así nuestro cuerpo se prepara para estar despierto. A medida que la edad avanza, nuestra producción de melatonina disminuye, por lo que aparecen más alteraciones relacionadas con el sueño.

 Existen alimentos que estimulan la producción de melatonina –la hormona que induce al sueño- y de serotonina, relacionada con los estados de ánimo y que también afecta al sueño. Por ejemplo, las cerezas, las nueces y la avena son fuentes naturales de melatonina y los ácidos grasos Omega-3 ayudan en la secreción de serotonina. Además, siempre que no se padezcan enfermedades digestivas que dificultan la digestión de algunos de estos alimentos, puede ser beneficioso consumirlos por la noche como el salmón, atún, nueces, espinacas o coliflor. Tomar un vaso de leche con miel también puede ayudar a conciliar el sueño, pues esta es inductora del mismo, e infusiones como la tila, la melisa y la valeriana pueden tener efecto sedante. Se debe evitar tomar café o bebidas que contengan cafeína desde unas ocho horas antes de ir a la cama, así como  las cenas copiosas  y cualquiera de los alimentos anteriores si no se toleran bien a pesar de su posible efecto favorable.

   

Pasamos por diferentes fases de sueño mientras dormimos , se dividen en dos tipos:

   Fase No-REM (Movimiento ocular no rápido). Lo constituyen a su vez cuatro estadios en los que se va profundizando progresivamente en el sueño (fases I, II, III y IV). La progresión de la fase 1 a la 4 dura aproximadamente 90 minutos. El sueño comienza en la fase 1, un periodo de adormecimiento que dura entre 1 y 7 minutos. La fase 2 se caracteriza por un enlentecimiento del ritmo cerebral acompañado de un estado de relajación muscular generalizado, una disminución del ritmo cardiaco y respiratorio y la desaparición de los lentos movimientos oculares del inicio del sueño. Las dos últimas fases corresponden al sueño profundo.

   Fase REM (Movimiento ocular rápido). Esta fase se caracteriza por una gran actividad cerebral y fisiológica similar al periodo de vigilia, y por los movimientos oculares rápidos. Es entonces cuando aparecen los sueños extravagantes, surrealistas y afectivamente cargados. Esta fase REM dura 20 minutos y su primer estadio se presenta a los 80-90 minutos del inicio del sueño. A lo largo de la noche, este tipo de sueño se va alternando con las distintas fases del sueño no REM, aunque la mayor parte del sueño REM se produce al final de la noche.

Durante el sueño de un adulto se presentan distintas fases de sueño, que se suceden con un patrón repetido a lo largo de ciclos (normalmente de cuatro a seis) durante toda la noche. El primer ciclo comienza con el adormecimiento y termina con la primera fase REM. Cuando esta se acaba se produce un despertar breve, del que a veces no somos conscientes, y el sueño se reinicia en el segundo ciclo, que finalizará al terminar la segunda fase REM. Por lo tanto,  cada ciclo está constituido por periodos No REM y REM.

CAUSAS DE INSOMNIO:  

Alteraciones emocionales como preocupaciones, tensiones del dia a dia, estrés, ansiedad , depresión, trastornos físicos como el dolor, los picores ..

Factores externos, como son unos malos hábitos de sueño, el consumo excesivo de alcohol o de sustancias estimulantes como el café o el chocolate, el trabajo por turnos o los viajes frecuentes a zonas con husos horarios diferentes.


La temperatura de la estancia donde dormimos o el ruido y la luz que puedan provenir de la calle o de la propia vivienda.Tenemos que incorporar pautas sencillas como mantener horarios regulares y evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarnos para mantener un buen descanso nocturno,repardor y sin interrupciones.

Gozar de un descanso adecuado es clave para llevar una vida saludable.  En términos generales, una media de 7,5 horas al día es la cantidad necesaria para un óptimo bienestar. 

Consejos para una buena salud del sueño

Existen una serie de consejos generales que pueden ayudarte a descansar adecuadamente y evitar problemas relacionados con el sueño.

   1. Establece un horario de sueño regular.
Es bueno que te acuestes y te levantes cada día a la misma hora y seguir el propio ritmo de sueño que marca tu organismo. No es recomendable que te quedes en la cama más tiempo del necesario para dormir.

   2. Presta atención a los factores ambientales.
Mantener el dormitorio oscuro, tranquilo, bien ventilado y con una temperatura ambiental confortable a lo largo de la noche te ayudará a dormir mejor.

   3. Mantén la cama en buenas condiciones.
Es importante que duermas en un colchón que no sea ni demasiado blando ni demasiado duro. La almohada ha de tener la densidad y la altura adecuadas. Además, la cama debe ser utilizada para dormir y no para leer, ver la televisión o trabajar, puesto que la permanencia prolongada en la cama da lugar a sueño fragmentado y de mala calidad.

   4. Regula los horarios de las comidas.

No comas ni bebas grandes cantidades durante las tres horas previas a acostarte, ya que las comidas copiosas producen digestiones pesadas que interfieren con el sueño.

   5. Evita las siestas largas durante el día.
Las siestas son recomendables al haber demostrado beneficios cardiovasculares y mentales, pero no deben ser muy largas para que no te cueste dormir por la noche. Normalmente con 15-30 minutos de duración y un intervalo mínimo de 7 horas desde la finalización de la siesta hasta el momento de irte a dormir por la noche es lo recomendable para poder conciliar mejor el sueño.

   6. Realiza ejercicio físico.
A ser posible unos 40 minutos todos los días. No obstante, la actividad física debe acabar de 4 a 6 horas antes de acostarte, por su efecto excitante.

   7. Vete a la cama en cuanto tengas sueño.
No es bueno que te quedes dormido viendo la ‘tele’ en el salón, ya que luego te resultará más difícil volver a dormir en la cama.

   8. Establece un ritual relajante para ir a dormir.
Te puede servir de ayuda realizar alguna actividad relajante media hora antes de ir a dormir, como leer algo ligero, escuchar música suave, practicar ejercicios de relajación o tomar un baño o una ducha, para eliminar tensiones. Si no logras dormir, no es bueno forzar la situación insistiendo en ello; es mejor concentrarse en pensamientos relajantes.

   9. Lleva un estilo de vida saludable.
La alimentación equilibrada y el deporte deben acompañarse de unos hábitos sanos. Por lo que  eliminar el consumo de tabaco, bebidas alcohólicas o sustancias estimulantes es muy beneficioso para mejorar la calidad del sueño .

  


RECUERDA “DORMIR ES UNA NECESIDAD , DORMIR BIEN ES UN PRIVILEGIO”

 



 

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