¿Qué es el parkinsonismo vascular?
El parkinsonismo vascular una enfermedad caracterizada por síntomas muy característicos a la enfermedad de Parkinson, pero cuya premisa fisiopatológica son alteraciones vasculares en pacientes con hipertensión, ateroesclerosis, diabetes y tabaquismo.
El estudio de esta patología permite comprender un poco mejor la diferencia entre los síndromes parkinsonianos y la propia enfermedad de Parkinson de carácter idiopática.
Los síndromes parkinsonianos son entidades causadas por alteraciones moleculares muy diversas que producen síntomas parecidos a la enfermedad de Parkinson, siendo esta última una enfermedad neurodegenerativa de origen desconocido que se relaciona con el daño de neuronas dopaminérgicas.
Factores de riesgo en el parkinsonismo vascular:
Son múltiples los elementos que permiten la aparición de esta condición. Destaca la hipertensión arterial , los accidentes cerebrovasculares, el tabaquismo que aumentan la tendencia a hipertensión arterial y la alteración en los niveles de lípidos o grasa en la sangre.
Otras alteraciones similares como la diabetes y el síndrome metabólico aumentan la susceptibilidad de sufrir parkinsonismo vascular.
En todo caso, se están mencionando patologías muy comunes en la población y cuyo sistema principalmente afectado es el cardiovascular, el cual compromete el adecuado flujo de sangre hacia el cerebro.
Síntomas del parkinsonismo vascular:
Como se mencionó anteriormente, estos suelen ser clínicamente indistinguibles de la enfermedad de Parkinson verdadera. Se incluyen dentro de los síntomas la bradicinesia ó lentitud de los movimientos, temblores, alteraciones de la marcha, rigidez muscular y en ciertos casos depresión.
Diagnóstico de parkinsonismo vascular
Si a nivel clínico el parkinsonismo vascular es muy similar a la enfermedad de Parkinson, la única manera de ejecutar el diagnóstico diferencial es en base a la identificación de los factores de riesgo antes mencionados y de hallazgos específicos en los estudios de neuroimagen.
Estos últimos pueden ser determinados fácilmente mediante el uso de tomografía y resonancia magnética cerebral.
Esta última técnica permite identificar variaciones en el tamaño de unas estructuras llamadas ventrículos cerebrales y de lesiones isquémicas (es decir, por falta de irrigación sanguínea debido a los trastornos vasculares) alrededor de los ventrículos.
Otros lugares afectados incluyen los ganglios basales, emplazamiento relacionado con el desarrollo molecular de la enfermedad de Parkinson detonado por la ausencia de neuronas dopaminérgicas, también sufren afección el tálamo y el lóbulo frontal.
Tratamiento del Parkinsonismo vascular:
El tratamiento con levodopa ha mostrado cifras de respuesta muy variables en los diferentes estudios pero siempre muy inferiores a las de respuesta en pacientes con Parkinson.
Teóricamente los pacientes que presentan un déficit dopaminérgico presináptico evidenciado por SPECT, simulando el mecanismo patológico del Parkinson, podrían tener una respuesta a la administración de levodopa.
Las consultas de los neurólogos, los profesionales encargados del diagnóstico de la enfermedad de Parkinson, son visitadas por pacientes, familiares y cuidadores con una misma pregunta: “¿este temblor quiere decir que sufre párkinson?” Y la respuesta, en algunas ocasiones, es que no. Es importante conocer la diferencia entre párkinson y parkinsonismo.
¿En qué se diferencian el párkinson y el parkinsonismo?
La enfermedad de Parkinson es, como ya sabemos, una dolencia neurodegenerativa que afecta a las neuronas dopaminérgicas, encargadas del movimiento correcto de nuestro cuerpo. Su manifestación más conocida son los síntomas motores: temblor cuando la extremidad está en reposo, movimientos lentos, rigidez muscular y alteración del equilibrio y la postura.
El parkinsonismo se suele establecer como la manifestación de dos de estos cuatro síntomas (bradicinesia y alguno más). Y aunque la Enfermedad de Párkinson sea la causa más frecuente, no es la única.
Los datos que sugieren causas diferentes de parkinsonismo son:
- Distribución simétrica de los síntomas y signos. La asimetría es un dato característico de la enfermedad de Parkinson, estando una parte del cuerpo más afectada. Su ausencia podía hacer pensar en otra causa de parkinsonismo.
- Aparición de síntomas no típicos (lo que llaman los profesionales banderas rojas), como la aparición precoz de caídas, alteración temprana de la memoria, problemas para tragar, la disminución de la tensión arterial al levantarse de la cama, u otros.
- Falta de respuesta al tratamiento farmacológico dopaminérgico.
- Que la enfermedad avance rápidamente, mucho más que lo conocido en la Enfermedad de Párkinson.
- Y por supuesto, estar recibiendo fármacos que pueden bloquear los receptores de la dopamina y ocasionar el llamado parkinsonismo farmacológico.
La diferencia entre el párkinson y el parkinsonismo es clara: el primero es una enfermedad degenerativa, el segundo es una manifestación de la Enfermedad de Párkinson, o de otra dolencia, es decir, lo que llamamos un síndrome, que puede ser por muy diversas causas: fármacos, infartos cerebrales, otras enfermedades degenerativas como un Parkinson-Plus, etc.
Tipos de parkinsonismo
Aunque hay sutiles diferencias en la forma de clasificar los parkinsonismos, en resumen se suele hablar de dos de ellos:
Secundarios
parkinsonismo plus
Entre los primeros, destaca por encima del resto el causado por uso crónico de fármacos que intervienen en la producción de dopamina. En este caso, se debe ajustar la medicación haciendo que los síntomas (en general, lentitud, temblor y rigidez de forma simétrica) desaparezcan.
También, dentro de esta categoría, se incluye el parkinsonismo producido por agentes tóxicos , enfermedades vasculares o alteraciones cerebrales metabólicas, como la enfermedad de Wilson. Es tarea del neurólogo diferenciarlo, aunque es más fácilmente diagnosticable.
Fase motora y síntomas motores
En esta etapa los pacientes con párkinson ya han desarrollado una serie de síntomas motores de la enfermedad, cuya máxima representación es el temblor, pero al que también acompañan otros.
De ellos, los que primero suelen aparecer, son la dificultad al caminar o para moverse, la rigidez e imposibilidad de movimiento (lo que tradicionalmente se denomina ‘quedarse quieto’), la falta de expresión facial, mareos o desmayos o el encorvamiento de la espalda.
Parkinsonismo plus: diferencia entre el parkinson y otras enfermedades degenerativas
Cuando hablamos de parkinsonismo plus hablamos de una dolencia que se manifiesta con las características que mencionábamos arriba: no responden a la medicación, aparecen síntomas atípicos, se desarrolla de forma rápida… Es decir, la causa es otro tipo de enfermedad, no la Enfermedad de Párkinson.
Se suelen destacar tres: la Parálisis Supranuclear Progresiva (PSP), La Atrofia Multisistema (AM) y la Degeneración Corticobasal (DC).
En la PSP, la principal diferencia a la hora de realizar el diagnóstico es que el parkinsonismo es simétrico, tiende al mutismo (más que a la dificultad del habla) y al movimiento de cierre de ojos frecuente. Lo característicos es la limitación en la mirada vertical, al mirar hacia arriba, retrocollis (cuello hacia atrás), y caídas precoces hacia atrás con mucho desequilibrio.
En la AM, el beneficio que produce la medicación es limitada, existen trastornos del sueño REM de forma más precoz que en el párkinson y tronco inclinado hacia un lado (síndrome de Pisa). Hay variantes. Una cursan con más problemas de equilibrio, otra con más problemas para hablar, tragar o respirar, y otra con síntomas disautonómicos, como mareos, síncopes, estreñimiento, disfunción eréctil, etc.
En la DC, es importante recalcar la apraxia ideomotora, es decir, problemas para hablar y realizar tareas como saludar. También suceden las alteraciones oculomotoras y el fenómeno del miembro ajeno (la mano se mueve sola). Lo característico es que es una enfermedad muy focalizada en un lado del cuerpo, muchas veces una mano o brazo.
El principal problema de estas enfermedades, al menos en cuanto a confundirlas con la enfermedad de Parkinson, es que dos de ellas (PSP y DC) suelen aparecer a partir de los 65 años, al igual que la Enfermedad de Párkinson. Solo la Atrofia Multisistema tiene una aparición más joven a partir de los 54 años, aunque, como sabemos, el párkinson puede aparecer a cualquier edad.
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