El cáncer de mama es el tipo de tumor con mayor incidencia tanto en la población europea como española. Además se prevé un incremento de los casos del 2-3% anuales, por lo que se hace indispensable el diagnóstico y tratamiento médico precoz, así como un buen abordaje fisioterapéutico para paliar las consecuencias que se producen y favorecer la recuperación del paciente lo antes posible.
Hechos importantes sobre el cáncer de mama
El objetivo del tratamiento médico es eliminar las células
cancerosas y reducir la probabilidad de que reaparezcan. Entre los tratamientos
médicos más frecuentes están la cirugía, la radioterapia y la farmacología.
La cirugía sigue siendo uno de los pilares médicos para la
eliminación del tumor, las opciones quirúrgicas dependerán del grado de
extensión y de afectación de la enfermedad, entre las más comunes están
la extirpación de la mama (mastectomía) o la cirugía conservadora de la mama
con disección de los ganglios linfáticos.
Una de las consecuencias más comunes tanto del cáncer de mama
como de su tratamiento quirúrgico y radioterápico, es la aparición de linfedema
que se define como la acumulación de líquidos que provocan la inflamación de
los tejidos subcutáneos, dolor y sensación de opresión y pesadez de la parte
del cuerpo afectado (en este caso el brazo y la mano).
La proporción del linfedema dependerá de:
- El
número de ganglios linfáticos extirpados/dañados.
- El
tratamiento con radioterapia: el riesgo de linfedema se puede incrementar
hasta en un 48% entre las mujeres que se someten a radioterapia.
- El
índice de masa corporal: a mayor peso, más probabilidad de padecer el
linfedema.
- Factores
de riesgo que favorezcan el aumento del linfedema: traumatismos,
picaduras, cortes,…
Otras de las consecuencias nocivas de la cirugía, es la limitación del
movimiento del hombro, ya que la cicatriz de la intervención, puede dificultar
el movimiento y la realización de actividades diarias.
¿Cómo puede ayudar la fisioterapia a las pacientes de cáncer de mama?
La fisioterapia puede ayudar a recuperar la calidad de vida cuanto antes,
tras haber sido sometido a una operación de cáncer de mama.
El linfedema es una enfermedad crónica que requiere una vigilancia casi
constante para evitar el progreso del mismo, ya que puede causar deterioro de
la capacidad física funcional en la parte superior del cuerpo.
Una de los tratamientos más aceptados desde la fisioterapia, para tratar
con pacientes de cáncer de mama es la "terapia descongestiva compleja." Este enfoque integral incluye el
drenaje linfático manual, la compresión de la extremidad inflamada, ejercicio
físico, rehabilitación del hombro, ejercicios respiratorios profundos para
promover el flujo venoso y linfático, cuidado de la piel, y la educación del
paciente en el autocuidado.
La terapia descongestiva compleja se produce en dos fases:
La primera fase es intensiva y el terapeuta tiene como objetivo reducir la
inflamación y los síntomas. Esta fase puede durar de una a cuatro semanas y
puede durar de 2 hasta 20 sesiones de tratamiento. Una vez llegado a una
meseta de la mejora, comenzará la segunda fase de autocuidado y reducción del
riesgo.
Entre los tratamientos aplicados de esta terapia destacan:
Drenaje linfático manual
Es un tipo de terapia manual, donde se persigue favorecer la reabsorción
del edema, activando el sistema linfático. Suele realizarse varias veces por
semana, en función del grado de afectación y según las pautas que le dé su
terapeuta. La duración suele ser de aproximadamente una hora.
Compresión de la extremidad inflamada
Inicialmente, se realizarán vendajes compresivos para perseguir la
reabsorción del edema. Posteriormente, se puede incluir el uso de una prenda de
compresión hecha a medida. El uso de la misma, será durante el día
(deben ser reemplazadas por lo menos cada seis meses y ser lavadas de acuerdo a
las instrucciones especiales).
Ejercicio físico
Tradicionalmente, después de la cirugía de cáncer de mama, se recomendaba a
las pacientes no realizar actividad física extenuante y los ejercicios en el
lado afecto, para evitar el aumento del linfedema. Sin embargo, los estudios
científicos, han demostrado que el ejercicio físico, ni causa ni empeoran el
linfedema, sino que lo mejora, reduciendo su volumen además de mejorar la
calidad de vida de la paciente y su condición física; por lo que están
completamente indicados en este caso. El ejercicio físico, se deberá de hacer
con un plan individualizado, en función de las características de la paciente y
sin objetivos competitivos.
Rehabilitación de hombro
Se debe realizar un tratamiento personalizado con el fin de recuperar la
funcionalidad del hombro, recuperando el rango de movimiento, aumentando la
fuerza muscular y disminuyendo la inflamación. Además, se deberá de tratar la
cicatriz de la intervención, para facilitar la máxima funcionalidad y que
no restrinja el movimiento ni cause dolor.
Educación del paciente en el autocuidado
Es importante que la paciente evite golpes o lesiones para reducir el
riesgo de infección así como prendas que corten la circulación. Además se
deberá de evitar hacer ejercicio físico evitando temperaturas extremas. Es
conveniente que se utilicen guantes para realizar las actividades que
pueden causar irritación de la piel o lesiones (por ejemplo, lavar los platos,
la jardinería, el trabajo con herramientas).
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