LA FIEBRE
La fiebre es una parte
importante de las defensas del cuerpo contra la infección. La mayoría de las
bacterias y virus que causan infecciones en humanos prosperan mejor a 37°C y la
elevación de la temperatura corporal en unos cuantos grados puede ayudar al
cuerpo a combatir la infección. Además, la fiebre activa el sistema
inmunológico del cuerpo para producir más glóbulos blancos, anticuerpos y otros
agentes para combatir la infección.
La fiebre es un aumento temporal de
la temperatura del cuerpo, en general debido a una enfermedad. Tener fiebre es
signo de que algo fuera de lo común está pasando en el cuerpo. Para un adulto,
la fiebre puede ser molesta, pero normalmente no es algo que causa preocupación
a menos que alcance los 39, 4º o más. En lactantes y bebés, una temperatura
algo elevada puede indicar una infección grave.
Algunos estudios han mostrado
que la temperatura corporal "normal" puede tener un amplio rango que
va desde los 36.1°C hasta los 37.2°C.
Tienes
fiebre cuando tu temperatura aumenta por encima del rango normal. Lo que es
normal para ti puede ser un poco más alto o más bajo que la temperatura normal
promedio de 37°.
Las lecturas de la temperatura corporal varían en función del
lugar del cuerpo donde una persona toma las mediciones. Las lecturas rectales
son más altas que las orales, mientras que las lecturas de las axilas tienden a
ser más bajas.
Según lo que
produzca la fiebre, los siguientes pueden ser otros signos y síntomas:
·
Sudoración
·
Escalofríos
y temblores
·
Dolor de
cabeza
·
Dolores
musculares
·
Pérdida del
apetito
·
Irritabilidad
·
Deshidratación
·
Debilidad
general
El hecho de tener fiebre significa
que nuestro sistema inmune se ha activado al localizar alguna de esas
situaciones, por lo que puede comenzar a luchar contra ellas:
Dañar directamente a los organismos
patógenos
Inducir a la apoptosis o muerte
programada de las células corporales infectadas o tumorales
Inducir la producción de proteínas
de choque de calor para proteger a las células sanas.
Como curiosidad, el hecho de
tener fiebre tiene un efecto positivo a la hora de luchar contra el germen
causante, y que las respuestas inmunes del organismo trabajan mejor en
temperaturas elevadas.
Para que se considere fiebre, se
debe superar la temperatura máxima considerada “normal”. La temperatura
corporal normal de una persona sana entre los 18 y 40 años debe estar
comprendida entre los 36’4ºC y 37’2ºC, aunque hay personas que puede tener
una temperatura corporal menor (en torno a los 35’8ºC).
Se
considera fiebre una temperatura superior a 37’2ºC por la
mañana.
Se
considera fiebre una temperatura superior a 37’7ºC por la tarde.
Hay que diferencia entre décimas de
fiebre que denominamos febrícula (hasta 37’5ºC), fiebre (a
partir de 38ºC) y fiebre de urgencia (a partir de 40ºC).
Lo primero que tienes que hacer si
tienes fiebre es no ponerte nervioso, sobre todo si se trata de fiebre
baja o moderada. Pero si la fiebre aumenta es recomendable acudir al
médico para que diagnostique la causa y nos ponga un tratamiento. No olvides
decirle al médico cuándo comenzó la fiebre y si tienes otros síntomas (tos,
vómitos, diarrea, dificultad para respirar, sarpullidos en la piel…). Cuantos
más datos le des al médico, más fácil será encontrar la causa que
provoca la fiebre.
Uso de antitérmicos
Normalmente se recurre a antitérmicos (paracetamol,
ibuprofeno) para tratar la fiebre, aunque no siempre es
imprescindible. La dosis se administrará cada 6-8 horas y, en casos
estrictamente necesarios se puede valorar la posibilidad de alternarlos cada 4
horas.
Otros métodos
Realización de baños de agua
templada (2-3ºC por debajo de la temperatura corporal).
Retirar el exceso de ropa o
mantas para evitar que siga subiendo el calor corporal.
Mantener la temperatura de casa agradable
entre 20-22ºC.
Beber abundante líquido para
evitar la deshidratación, que es una de las consecuencias más habituales de la
fiebre.
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