La bronquiolitis es una infección de las vías respiratorias. Ocurre cuando unas vías diminutas llamadas "bronquiolos" se infectan con un virus. Se inflaman y se llenan de mucosidades, lo que dificulta la respiración.
Los virus que causan la bronquiolitis se pueden propagar al toser o al estornudar. Los gérmenes pueden permanecer en las manos, los juguetes, los pomos de las puertas, los pañuelos de papel y otras superficies. Las personas que contraen una bronquiolitis la pueden contagiar durante varios días o incluso durante varias semanas.
Los primeros síntomas de una bronquiolitis suelen ser los mismos que los del resfriado común:
- Congestión nasal (nariz tapada)
- Moqueo nasal
- Tos
- Fiebre
En general la bronquiolitis es una enfermedad benigna, que evoluciona espontáneamente bien, y únicamente requiere medidas de soporte pueden realizarse en el domicilio del niño.
Las medidas de soporte en el domicilio consisten en:
- Procurar bajarle la fiebre, y mantenerlo bien hidratado (administrar líquidos y el alimento, por la edad el pecho o los biberones de forma frecuentes y en pequeñas cantidades, para evitar que se fatigue).
- Realizarle lavados nasales frecuentes y aspirar las secreciones de la nariz.
- Se mantendrá al niño algo incorporado, esto le ayudará a respirar mejor.
Los siguientes signos y síntomas son razones para buscar atención médica inmediata:
- Sonidos de sibilancias audibles
- Respiración muy rápida y superficial
- Respiración dificultosa: las costillas parecen succionar hacia adentro cuando el bebé inhala
- Aspecto lento o letárgico
- Negarse a beber lo suficiente, o respirar demasiado rápido al comer o beber
- La piel se vuelve azul, especialmente los labios y las uñas (cianosis)
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