La dieta con mayor éxito para mejorar el SIBO es la baja en FODMAPs (Oligosacáridos, Disacáridos, monosacáridos fermentables y polioles). Esta dieta limita el aporte de todos los hidratos de carbono fermentables y polioles, los cuales son utilizados por nuestra microbiota para generar energía. Sin embargo, muchas veces al fermentarlos, provocan la aparición de gas y distensión abdominal.
La dieta baja en FODMAPs no está diseñada para seguirla
toda la vida, sino que tiene carácter temporal a corto plazo, ya que es una
dieta muy estricta. El tratamiento para la dieta baja en FODMAPs consta de dos
fases, una de restricción de alimentos y otra de reintroducción progresiva.
Si
prolongamos mucho el uso de la dieta y no aportamos fibra, la microbiota se verá afectada y
se complicaría la recuperación del paciente. Es fundamental que esta dieta esté
pautada por un nutricionista, el cual realizará un seguimiento del paciente
para controlar sintomatología y detectar déficits nutricionales.
- Fase 1 o de restricción: Eliminar todos los alimentos con alto contenido
en FODMAPs y sustituirlos por aquellos que tengan el menor contenido en FODMAPs
posible. Es muy importante que sea pautado y supervisado por un profesional
sanitario. Durante esta fase también se elimina el gluten.
- Fase 2 o de reintroducción: reintroducción de los alimentos según tolerancia bajo supervisión de un dietista-nutricionista. Además, se puede elaborar una dieta adaptada a las intolerancias individuales. La dieta de la fase de reintroducción, será más equilibrada que una combinación estricta de una dieta sin gluten y baja en FODMAPs.
1 comentarios:
Muy interesante
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