El bruxismo es una patología cada vez más conocida. Uno de los principales problemas que produce es el desgaste de los dientes, causa de la excesiva compresión de la mandíbula durante el día o la noche. Esta fuerza en exceso de la mandíbula también puede producir dolor en la zona cervical además de en toda la zona de articulación temporomandibular.
El estrés y la ansiedad del día a día son los principales motivos que pueden llegar a desencadenar este trastorno de la Articulación Temporomandibular (ATM). Aunque también puede hacerlo debido a una maloclusión o a una alineación indebida de los dientes.
Las consecuencias y síntomas del bruxismo pueden ser variados y no se localizan únicamente en la boca:
- Hipersensibilidad dental al frio o al calor.
- Desgaste de las piezas dentales. Fracturas dentarias.
- Alteraciones en la biomecánica de la ATM.
- Inflamación y/o dolor de la articulación de la mandíbula.
- Dolor de cabeza a causa de la sobreestimulación de las estructuras nerviosas.
- Dolor en el oído.
- Dolor cervical.
- Insomnio
¿Cómo puede tratarse el bruxismo?
Para tratar este trastorno de la ATM es necesario restablecer el equilibrio entre los músculos, los dientes y las articulaciones. Las placas de descarga, también conocidas como férulas, son las herramientas más utilizadas para conseguir dicho equilibrio.
Estas férulas son personalizadas y permiten redirigir, disminuir y redistribuir las fuerzas de masticación. Esto logra relajar la musculatura y proteger la articulación de la ATM.
El papel de la fisioterapia es también fundamental en personas que padecen bruxismo: el fisioterapeuta ayudará a restaurar la movilidad de la mandíbula, así como a reducir el dolor. Como es una enfermedad muy asociada al estrés y la ansiedad, cualquier tratamiento del manejo del estrés resultará beneficioso.
Ejercicios para la articulación mandibular:
Todos somos conscientes de que es importante adoptar una buena postura corporal para evitar dolencias en el futuro y por ello será igual de importante aprender a relajar y a la vez ejercitar la mandíbula para que ésta también adopte una buena postura.
Relajación. Durante aproximadamente un par de minutos nos vamos a centrar en nuestra respiración. Adoptamos una postura que nos resulte cómoda, con brazos y piernas relajados. Cerramos los ojos y procedemos a observar nuestra respiración (inspiración y expiración). Seguramente nos vendrán numerosos pensamientos que dejaremos pasar, centrándonos en la respiración.
La realización de muchos de los ejercicios debe ser delante de un espejo, para tomar conciencia de la correcta realización, y puedes aplicarlos para relajar, aliviar el dolor o fortalecer la mandíbula. Algunos de los ejercicios son:
- Apertura y cierre con la lengua en el paladar. Con la boca cerrada y relajada colocamos la punta de la lengua en el paladar. Sin despegar la lengua hay que abrir y cerrar la boca. Prestar atención para no mover la mandíbula hacia los lados.
- Tirar de las orejas. Tumbados, debemos cogernos por el lóbulo de la oreja y tirar suavemente hacia los pies hasta notar una resistencia, llegados a este punto debemos mantener la tensión y notaremos que el tejido empieza a relajarse.
- Movilidad lateral. Con la boca relajada moveremos la mandíbula hacia izquierda y derecha.
- Movilidad anterior. A diferencia de la movilidad lateral, con la boja relajada moveremos la mandíbula hacia delante y hacia atrás.
- Apertura con resistencia. Colocando la mano bajo la barbilla y ejerciendo una pequeña presión se hará fuerza con la mandíbula para intentar abrir la boca.
- Movilidad anterior con resistencia. Colocando la mano en la barbilla y realizando una pequeña presión intentaremos llevar la mandíbula hacia delante.
Estiramiento de la musculatura cervical y del esternocleidomastoideo. Ambos músculos están estrechamente relacionados con la articulación temporomandibular y su relajación ayudará.
Masaje de la musculatura. Para ayudar a mejorar la circulación en esa zona y ayudar a la descompresión de los cóndilos. Recordar que la mandíbula se extiende cerca de las sienes y por encima de las orejas, zonas que también pueden ser masajeadas.
- Con las yemas de los dedos masajear circularmente, de forma suave y lenta la musculatura situada por encima del ángulo de la mandíbula.
- Con la yema de los dedos índices, corazón y anular, realizar una suave presión en la misma musculatura, situada aproximadamente un dedo por debajo del hueso del pómulo. Si se notan zonas de mayor tensión o especialmente dolorosas, presionar sobre ellas muy suavemente.
- El mismo ejercicio anterior, solo que se colocan los dedos índice y corazón por debajo de la sien, ligeramente más arriba del hueso del pómulo.
- Colocar los índices sobre los molares inferiores. La boca se debe mantener ligeramente entreabierta, de forma cómoda y relajada. Se realiza una contracción suave de 3 a 5 segundos intentando cerrar la boca mientras los índices resisten la contracción. Cuando cesa la contracción, con los índices se empuja suavemente el maxilar inferior hacia los pies. Mantener unos 30 segundos o más, o hasta que se note la relajación completa de la mandíbula. Repetir tantas veces como se quiera.
Es recomendable para aquellas personas que sufran dolores agudos que acudan al fisioterapeuta para que pueda ayudarles mediante terapia manual de la zona e indicarles unas directrices sobre qué ejercicios realizar.
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