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martes, 16 de enero de 2024

CONVIVIR CON LA ENFERMEDAD DE CROHN

                                                                         



La enfermedad de Crohn es un trastorno inflamatorio crónico del tracto gastrointestinal que afecta millones de personas en todo el mundo. Esta afección, forma parte de las enfermedades inflamatorias intestinales (EII), junto con la colitis ulcerosa. Aunque puede afectar cualquier parte del tracto, desde la boca hasta el ano, es más comúnmente encontrada en el extremo inferior del intestino delgado y el intestino grueso, puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen.

Esta enfermedad implica inflamación persistente del revestimiento del tracto gastrointestinal, que puede extenderse a través de las capas completas del tejido intestinal. A diferencia de la colitis ulcerosa, que afecto solo a la capa superficial del revestimiento intestinal, la enfermedad de Crohn puede involucrar áreas discontinuas, creando "segmentos" inflamados intercalados con áreas de tejido sano.

Los síntomas pueden variar significativamente, y la enfermedad puede manifestarse de manera diferente en cada individuo. Además de los síntomas gastrointestinales, algunos pacientes también experimentan complicaciones fuera del sistema digestivo, como problemas articulares, problemas oculares y problemas cutáneos.

SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD DE CROHN:

Los síntomas varían de una persona a otra, pero comúnmente incluyen dolor abdominal, diarrea, pérdida de peso, fatiga y, en algunos casos, fiebre. Estos síntomas pueden aparecer y desaparecer a lo largo del tiempo, lo que a menudo dificulta el diagnóstico temprano.

Aunque la causa exacta de la enfermedad de Crohn no se comprende completamente, se cree que factores genéticos, ambientales e inmunológicos desempeñan un papel significativo.

Las personas con antecedentes familiares de enfermedades inflamatorias intestinales tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.

El tabaquismo también se ha identificado como un factor de riesgo importante, ya que puede aumentar la gravedad de los síntomas y la probabilidad de recurrencia. Además, ciertos grupos étnicos parecen tener una mayor predisposición a la enfermedad.

                                                             

                                             

DIAGNÓSTICO DE LA ENFERDEDAD DE CROHN:

El diagnóstico de la enfermedad de Crohn generalmente implica una combinación de pruebas, que pueden incluir análisis de sangre, estudios de imágenes como resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, y endoscopias. La identificación precisa de la enfermedad es crucial para desarrollar un plan de tratamiento efectivo y mejorar la calidad de vida de los paciente.

Los principales métodos de diagnóstico de la enfermedad son:

Endoscopia:

Las endoscopias, como la colonoscopia y la gastroscopia, son herramientas cruciales en el diagnóstico de la enfermedad de Crohn. Estos procedimientos, permiten visualizar directamente el interior del tracto gastrointestinal, identificando áreas inflamadas, úlceras o cualquier otra anomalía. Además, se pueden realizar biopsias durante la endoscopia para analizar las muestras de tejido y confirmar la presencia de la enfermedad.

Imágenes por resonancia magnética y tomografía computarizada:

Las imágenes por resonancia magnética y tomografía son técnicas no invasivas que ofrecen una visión detallada de la estructura del intestino y los órganos circundantes. Éstas pruebas son útiles para evaluar la extensión y la gravedad de la inflamación en áreas de difícil acceso durante las endoscopias. Proporcionan imágenes transversales detalladas que ayudan en el diagnóstico y por lo tanto en la planificación del tratamiento adecuado.

Análisis de sangre:

Se pueden medir los niveles de marcadores inflamatorios, como la proteína C reactiva (PCR) y la velocidad de sedimentación globular (VSG), que tienden a aumentar en presencia de inflamación. Además, los análisis pueden revelar deficiencias nutricionales comúnmente asociadas con la enfermedad, como la anemia.

Estudios de imágenes con contraste:

Algunas pruebas de diagnóstico por imágenes implican el uso de contraste, ya sea a través de enemas de bario o cápsulas endoscópicas. 

Los enemas de bario, por ejemplo, permiten obtener imágenes radiográficas del intestino, revelando posibles obstrucciones o irregularidades en el revestimiento intestinal. 

Las cápsulas endoscópicas son cámaras pequeñas que el paciente traga, y estas capturan imágenes a medida que viajan a través del sistema digestivo, proporcionando una visión detallada del intestino delgado.


                                                

MANEJO DEL ESTILO DE VIDA Y DIETA PARA LA ENFERMEDAD DE CROHN:

El manejo del estilo de vida desempeña un papel crucial en el control de la enfermedad de Crohn. Evitar el tabaco, llevar una dieta equilibrada y gestionar el estrés son elementos clave para mantener la salud intestinal.

Aunque no existe una dieta única que funcione para todas las personas con enfermedad de Crohn, algunos principios generales pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida, como pueden ser:

. Alimentos fáciles de digerir.

. Fibra soluble.

. Proteínas magras.

. Evita alimentos irritantes.

. Pequeñas comidas frecuentes.

. Buena hidratación.

. Suplementos nutricionales.

RECORDAD que cada persona con enfermedad de Crohn es única y puede tener diferentes desencadenantes alimentarios. Por ellos, es esencial crear un plan dietético personalizado que se ajuste a las necesidades individuales y ayude a controlar los síntomas de la enfermedad.


Fuente: formación Alcalá



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