ESTIRAMIENTOS, ¿SON NECESARIOS?
Con mucha frecuencia, y lo pueden decir nuestros pacientes, insistimos en que deben practicar estiramientos, o actividades que conlleven a hacerlo como el yoga, pilates… Insistimos en esto, porque entendemos que hacer estiramientos es una herramienta muy útil para mantener sano nuestro sistema neuromusculoesquelético, es decir, articulaciones sanas, músculos sanos, tendones sanos, nervios sanos.
Cuando somos bebés, gozamos de una
flexibilidad estupenda, nuestros tejidos “están nuevos”, funcionamos
adecuadamente y sin problemas. A partir de ahí empezamos a crecer, a
desarrollarnos y desenvolvernos en nuestro entorno realizando actividades
que exigen un trabajo muscular, sumado a que ya desde pequeños somos víctimas
de la gravedad, que nos “aplasta” contra el suelo, nuestros músculos inician
una batalla contra ella para mantenernos en la posición en la que estemos
o moviéndonos, sin caer al suelo.
Dicho esto podemos concluir que durante
toda la vida nuestros músculos estarán trabajando constantemente, lo cual va
desgastando poco a poco el “producto nuevo”.
Cualquier actividad necesita de un trabajo
muscular, algunas más fuertes que otras: alimentarse, desplazarse, trabajar,
conducir, hacer deporte, bailar, hablar, moverse, mantener una posición, etc.
Normalmente se cree que solo se debe
estirar si realizamos un ejercicio o un deporte, o solo los que hacen deportes
deben hacerlo, incluso hay quienes hacen deporte y no consideran que estirarse
sea necesario. Lo cierto es que TODOS debemos estirar, seamos
o no deportistas, hagamos o no una sesión de ejercicio, puesto que nuestros
músculos trabajan todo el día, independientemente de la actividad que hagamos.
La consecuencia de un trabajo muscular,
además de la fatiga, es el acortamiento. Esto significa que el músculo pierde
su longitud normal, y la capacidad de elonganción, como lo hace una goma.
Cuando acumulamos un trabajo muscular
sobre otro, sin estirar, con el tiempo el músculo irá perdiendo su capacidad de
estirarse, esto trae como consecuencia que sea menos saludable y menos
funcional.
Existen varios factores que contribuyen al
acortamiento de un músculo:
- Las lesiones y/o traumas que haya sufrido nuestro cuerpo, por muy leves y antiguas que sean.
- Malas posturas mantenidas en el tiempo, sentado frente al ordenador por ejemplo.
- La edad también influye, ya que con el paso del tiempo nuestros tejidos estarán menos hidratados y menos flexibles a consecuencia del envejecimiento normal.
-
Y el más importante, la FALTA DE
ESTIRAMIENTO.
En definitiva, la tendencia de nuestros
músculos es a acortarse, algunos grupos musculares más que otros, con el paso
del día a día, y en función de nuestras actividades.
Ahora te comentamos las consecuencias,
entre otras, de tener músculos acortados, carentes de flexibilidad:
- Disminuye la
irrigación sanguínea del propio músculo, y sin sangre no hay buena
nutrición de nuestras fibras, en consecuencia no será un tejido de
calidad, su estructura no está bien nutrida. Esto lo hace propenso a
sufrir lesiones.
- Disminuye la
capacidad y el rango de movimiento de nuestras articulaciones, haciendo
que cada vez nuestros gestos sean más limitados, perdemos la capacidad de
movernos con libertad, sin limitaciones, y sin tanto gasto de energía.
- Ejerce un fuerte
efecto de compresión sobre nuestras articulaciones, tanto de la columna,
como de brazos y piernas, favoreciendo la aparición de patología como la
artrosis, hernias discales, roturas de menisco, algunas muy comunes.
- El músculo poco a
poco se va convirtiendo en una estructura rígida, deshidratada, tensa, que
no es capaz de estirarse o moldearse, cuando un movimiento lo exige, con
lo cual puede sufrir fácilmente una rotura o distención. Como simil,
podemos imaginar la diferencia de estirar una goma nueva, y una goma que
ha estado al sol por mucho tiempo, es fácil pensar que la segunda se
romperá al estirarla, y es porque ha perdido su capacidad elástica como
material.
- Un músculo
acortado es y será un músculo débil. La flexibilidad ayuda a ganar o tener
mayor fuerza muscular. Mientras más flexible sea un músculo mayor
capacidad tendrá de generar una contracción fuerte y eficiente.
- Un músculo
acortado puede comprometer la dinámica normal de un nervio, y un nervio
carente de movilidad puede generar tensión y acortamiento muscular,
convirtiéndose en un círculo vicioso.
Ahora que conoces los factores que hacen
que los músculos sean menos flexibles, y que también conoces las consecuencias
que eso puede acarrear a tu cuerpo, te invitamos a reflexionar sobre la
importancia de los estiramientos, los beneficios y bondades de los mismos. Te
invitamos a ponerlos en práctica, iniciando con estiramientos suaves y
sencillos, y si te enganchas, pues a progresar a otros un poco más complejos o
disciplinas como el yoga o el pilates. Recomendamos a nuestros pacientes,
deportistas, activos o sedentarios, realizar estiramientos a diario, o al menos
incluirlos dentro de sus actividades de la semana, ya que estos, sumado al
ejercicio, favorecerán la salud e integridad de tus músculos, articulaciones y
nervios, disminuyendo el riesgo de lesión y/o dolor.
Flexibilidad
es libertad, libertad es movimiento, y movimiento es vida.
CLAVES PARA ESTIRAR CORRECTAMENTE.
Evita siempre el dolor muscular. Estira moderadamente de forma que notes sólo una tensión soportable pero nunca dolor.
No
estires con vaivenes o rebotes. Debes llegar a tu posición de estiramiento de
forma progresiva y una vez en ella mantenerte estático e ir avanzando poco a
poco. Un estiramiento siembre debe ser lento y progresivo.
Mantén
cada estiramiento entre 15 y 30 segundos. Cuando tengas más experiencia puedes
repetir dos o tres veces cada ejercicio.
Intenta
estirar en un lugar de ambiente tranquilo, sin temperaturas extremas, con poco
ruido y luz tenue, te ayudará a relajarte.
A
primera y última hora del día los músculos están más rígidos. Evita estirar a
estas horas o, si lo haces, no fuerces las posiciones y ves con suavidad.
Ante
cualquier duda acude a tu Fisioterapeuta de tu Centro de Salud.
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