ATENCIÓN A LOS PRODUCTOS LIGHT Y ZERO.
¿Qué son los productos “LIGHT”? ¿Y los productos “ZERO”?
Alimento light: De acuerdo con el Reglamento 1294/2006 relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos, se llama producto Light a aquel alimento al que se ha reducido el contenido de uno o más nutrientes, (azúcares, sodio, grasa o energía –calorías-) como mínimo en un 30% en comparación con su producto de referencia.
Alimento cero: Actualmente no existe una legislación que nos diga qué características debe tener un producto Cero, solo que siempre debe ir acompañado de ese ingrediente al que alude. Por eso en los productos denominados de esta manera, aunque veamos el “Zero” en letras grandes, siempre veremos un texto más pequeño que lo complementa: “Zero azúcares”, por ejemplo. Aun así, podemos decir que un producto ZERO es aquel que contiene 0 cantidad de azúcar o grasa (o ambos si es 0,0).
¿Es conveniente consumir productos “LIGHT” o “ZERO”?
La respuesta es no. Veamos el porqué:
Muchas personas deciden cambiar los productos convencionales por sus homólogos “light” o “zero” porque se piensan que son más saludables o que favorecen la pérdida de peso. Lo que realmente hacen es crear la ilusión de que adelgazan, promueven el consumo de alimentos no saludables y aumentan la confusión de los consumidores. Por esto, es muy importante leer la etiqueta de cada alimento, analizarlo y saber comprenderlo.
Es cierto que son menos calóricos, pero al reducirle el contenido en calorías se utilizan como sustitutos los edulcorantes artificiales como aspartame o acesulfame potásico y esos no son más saludables. Aunque las versiones light aportan menos cantidad de calorías, grasas o azúcares que sus productos de referencia, siguen teniendo una cantidad importante de grasas y azúcares como ocurre con las
mayonesas, mantequilla, bollería, galletas y quesos. Por ejemplo los quesos untables light siguen llevando nata entre sus principales ingredientes y las patatas fritas light siguen llevando aceite de palma. También puede ocurrir que se reduzca el contenido de azúcares pero que esté el producto cargado de grasas, lo cual no conviene. O al contrario, que se reduzca el contenido de grasa y que para que no pierda palatabilidad lo reemplacen con azúcares, como en el caso de las mayonesas light. También hay veces que lo que se hace es añadirle mucha sal.
En el caso de los productos bajos en grasa, es mejor que nos fijemos en la calidad de la grasa antes que en la cantidad. Ésta actuará en nuestro cuerpo de una manera u otra según el alimento del que proceda esa grasa y el tratamiento industrial que se le aplique.
Existen numerosos estudios que aseguran que las personas que consumen productos light, consumen cantidades más grandes y con mayor frecuencia, con lo cual terminan consumiendo las mismas calorías o más, además de estar consumiendo un alimento poco nutritivo y con otros ingredientes que a la larga nos pueden perjudicar.
Según un estudio sobre el consumo de edulcorantes no calóricos en enfermedades gastrointestinales se mostró que la sacarina puede tener un efecto proinflamatorio y los polioles pueden causar síntomas y manifestaciones gastrointestinales dependiendo del tipo y dosis del compuesto. La ingestión de xilitol, eritritol, sucralosa, aspartame, acesulfame K y sacarina podrían aumentar la secreción de hormonas gastrointestinales reguladoras de la motilidad intestinal. Los glucósidos de esteviol podrían tener un efecto favorable en el porcentaje de grasa hepática. Se debe tener precaución en la recomendación de la ingestión de aspartame en pacientes con hepatopatía crónica debido a que disminuye la relación entre aminoácidos de cadena ramificada y aromáticos. Además, la ingestión de edulcorantes no calóricos podría modificar la composición de la microbiota intestinal y esto tener efectos sobre los síntomas y manifestaciones gastrointestinales.
En otro estudio se pudo ver que el consumo de los sabores dulces en la ausencia de calorías produce efectos significativamente diferentes en comparación con el consumo de los sabores dulces asociados con las calorías, y con el tiempo estos efectos pueden contribuir a un balance energético positivo y al aumento de peso corporal.
Nuestra alimentación no debe basarse en el consumo de productos light o zero (los cuales solo deberíamos consumirlos esporádicamente y nunca introducirlos como hábito), sino en ALIMENTOS (verduras, frutas, hortalizas, legumbres, frutos secos, pescados, huevos…). Alimentos mínimamente procesados, tomados de forma variada para que adquiramos todos los nutrientes y cocinados de manera saludable. Todo ello sumado a un estilo de vida activo.
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