En primer lugar debemos conocer de qué se tratan en específico estas lesiones: las úlceras por presión o escaras. Se trata de lesiones en un área de la piel causada por presión constante durante mucho tiempo. Esta presión disminuye el flujo de sangre al área afectada, lo que produce daño y destrucción del tejido. Las úlceras por presión a menudo se forman en la piel que cubre áreas donde los huesos están cerca de la piel, como la espalda, los talones o los codos. Los signos y síntomas incluyen cambios en el color de la piel, inchazón, calor, sensibilidad y dolor. Suelen tener una evolución rápida y una dificil curación si no se interviene a tiempo, ya que pueden llegar a afectar al músculo y hueso.
OBJETIVO
Estas lesiones son un gran problema tanto para los pacientes encamados en cualquier nivel asistencial. A pesar de haber numerosas formas de prevención, aún contamos con una gran incidencia. No solo por el sufrimiento del paciente si no que también supone un aumento de la carga de trabajo del personal de enfermería y el consumo de recursos. El objetivo de este artículo es analizar los factores de riesgo principales que derivan en úlceras por presión y la manera de prevenirlos, para así poder actuar de manera temprana y adecuada.
FACTORES DE RIESGO E INTERVENCIONES PREVENTIVAS
En cuanto a los factores de riesgo que más importancia tienen en el desarrollo de las úlceras encontramos:
- Edad superior a los 70 años.
- Pacientes encamados.
- Indice de masa corporal (IMC) superior a 18.5.
- Tiempo prolongado de decúbito.
- Comorbilidades como el tabaquismo, la diabetes, enfermedades vasculares y fallo renal previos.
- Cambios posturales insuficientes.
- Mal estado de la barrera protectora de la piel.
Si nos centramos ahora en las intervenciones preventivas encontramos las siguientes:- Mantenimiento de la piel limpia y seca. Examinar la piel de manera diaria para poder detectar cualquier indicio de las lesiones.
- Utilización de ácidos grasos hiperoxigenados para asegurar la hidratación y elasticidad de la piel.
- Utilización de protección local en forma de apósitos, como taloneras, en caso de tener una zona con mayor apoyo y mayor riesgo de aparación de la lesión.
- El uso de superficies de apoyo como cojines de aire, líquido viscoso o espuma y colchones de persión alternante. Siguiendo tres pasos:
1. Cambio de colchón por uno con una capa de aire estático.
2. Si se desarrollan escaras: reposicionamiento.
3. Si persisten: cambio de colchón por un sistema de baja pérdida de aire.
- Reposicionamiento con inclinación de 30º cada 3 horas y los talones fuera del colchón en aquellos pacientes sin nada de movilidad y cada 15 minutos en aquellos que si la tengan ligeramente conservada.
- Asegurar que las zonas expuestas a incontinencia se mantienen secas.
- Equipos de profesionales de apoyo al cuidado de las heridas.
CONCLUSIONES
Por lo que podemos concluir que el mejor tratamiento para las úlceras por presión es evitar su aparición. Para ello, el factor más importante es tener una buena educación para la salud en este ámbito, pero no solo por la parte de los profesionales de la salud si no también por los cuidadores de los pacientes con dichos criterios.
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